„¡Terribles rincones vacíos del cuarto! Cada uno se llena con la deseada presencia del ser amado. Rincones desnudos. Los dedos se retuercen en el aire tratando amorosamente de hallar Esos brazos, Esos ojos, Esa boca…Y ninguna magia activa su renombre. Todo es en vano. Nuevos deseos. Nuevas frustraciones. El nombre expirado por los labios no resucita en ningún rincón. ¡No! ¡Dios mío! ¡No!“

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