Página de inicio » Quote » David Hume » „La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.“ „La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.“ — David Hume Tags:bellezacosasespíritu Citas relacionadas „¡Hombre libre, siempre adorarás el mar! El mar es tu espejo; contemplas tu alma En el desarrollo infinito de su oleaje, Y tu espíritu no es un abismo menos amargo.“ — Charles Baudelaire „La belleza o fealdad del espíritu, es algo que sólo podemos ver con los ojos del corazón.“ — Carlos Cuauhtémoc Sánchez „Y alguien le pidió: «En el momento en el que todo parece terrible, tenemos que animar nuestro espíritu. Por tanto, háblanos sobre la belleza.»“ — Paulo Coelho „Nos volvemos hacia fuera, atraídos por la belleza que vemos en las cosas creadas sin darnos cuenta de que son sólo un reflejo de la verdadera belleza. Y la verdadera belleza está dentro de nosotros.“ — Ernesto Cardenal „Si existe algo bello, además de lo que es bello por sí mismo, lo es porque participa de la belleza.“ — Sócrates „Nuestro corazón necesita un espejo. Nos vemos mejor en los ojos de aquellos que nos aman. Y existe una belleza que sólo proporciona la brevedad.“ — Cassandra Clare „La clase de chicas guapas que, por más tiempo que las mires, en cuanto apartas los ojos de ellas, ya no te acuerdas de qué cara tenían. En el mundo existe este tipo de belleza. Que es como los pomelos: indistinta.“ — Haruki Murakami „Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.“ — Michel De Montaigne „Me dicen que abra los ojos y contemple las bellezas que el sol alumbra; que admire sus montañas, sus valles, sus torrentes, sus plantas, sus animales y no sé cuantas cosas más. Pero entonces, ¿el mundo no es más que una linterna mágica?. Ciertamente el espectáculo es espléndido, pero en cuanto a representar allí algún papel, eso es otra cosa.“ — Arthur Schopenhauer
„La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.“ — David Hume Tags:bellezacosasespíritu