„De la vida hay que aprender y de la muerte no hay que temer.“
— Robert Baden-Powell
„¿Quien no temerá habiendo gastado gastado parte de la vida en no amar a su Dios?“
— Teresa de Jesús
„no debía temer a los muertos, sino a los vivos“
— Isabel Allende
„Los sabios y los tontos son igualmente inofensivos; los que más son de temer son los sabios a medias y los medio tontos.“
— Johann Wolfgang von Goethe
„La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos. (Paráfrasis de Epicuro).“
— Antonio Machado
„No tenemos por qué temer a la muerte, pues, de hecho, no nos encontramos con ella nunca con ella. Cuando todavía estamos aquí, ella aún no está. Y cuando ella está, nosotros ya no estamos.“
— Epicuro
„Todo pasa. Pasa esta pequeña experiencia de la vida. Dentro de la historia general del mundo, la del individuo es nada, y nada es la de la tierra dentro de la historia del tiempo y de las estrellas. Y dentro del infinito y de la eternidad ¿qué serán estas vidas nuestras?… Por eso, no se le debe temer a la muerte. Y si no se le teme a la muerte, ¿a qué podemos temer? Se acaba el temor y el desespero y la impaciencia.“
— Fernando González Ochoa
„El amor de Dios es el árbol de la vida en medio del paraíso terrenal.“
— Teresa de Jesús
„Ella lo había acompañado hasta muy pocas horas antes de la muerte, como lo había acompañado durante media vida con una devoción y una ternura sumisa que se parecían demasiado al amor“
— Gabriel García Márquez
„Una vida fácil, un fácil amor, una muerte fácil, no eran cosas para mí.“
— Hermann Hesse
„Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.“
— Pablo Neruda
„Una generación nueva, que se dedica más que la última a temer a la pobreza y a adorar el éxito; crece para encontrar muertos a todos los dioses, tiene hechas todas las guerras y debilitadas todas las creencias del hombre.“
— Francis Scott Fitzgerald
„Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera.“
— Epicuro