„Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.“
— Milan Kundera
„Limitar nuestra atención a cuestiones terrestres sería limitar el espíritu humano.“
— Stephen Hawking
„EL problema es que se perdió la condición primera de la educación.“
— Friedrich Nietzsche
„Jamás en el ámbito de los conflictos humanos, tantos han debido tanto a tan pocos.“
— Winston Churchill
„La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura.“
— Lin Yutang
„Sentirse completamente solo en el mundo, abandonado de repente por todos, abatido por el peso de una vergüenza desconocida o de alguna condena silenciosa es algo más pavoroso y misterioso que la muerte.“
— Giovanni Papini
„El caos era el vacío sin sentido de la vida cotidiana“
— Anne Rice
„La sabiduría es el colmo de la perfección del alma humana; la filosofía es el amor y la investigación de la sabiduría.“
— Lucio Anneo Seneca
„Sólo quien no excluya nada de su existencia, ni lo que sea enigmático y misterioso, logrará sentir hondamente sus relaciones con otro ser como algo vivo, y sólo él estará en condiciones de apurar por sí mismo su propia vida.“
— Rainer Maria Rilke
„No debemos, a pesar de no ser más que hombres, limitarnos, como quieren algunos, a los conocimientos y sentimientos puramente humanos: ni reducirnos, mortales como somos, a una condición mortal; es preciso, por lo contrario, que en cuanto de nosotros dependa nos desatemos de los lazos de la condición mortal, y hagamos lo posible por vivir conforme a lo mejor que hay en nosotros.“
— Aristoteles
„No hay sabiduría donde no hay sentido común: en estas condiciones no se puede encontrar ninguna expresión.“
— Idries Shah
„De repente la vida se había convertido en un peso insoportable.“
— Oscar Wilde
„Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicársela a nadie, no la querría.“
— Lucio Anneo Seneca