„«No me dolió lo suficiente cuando tenía que haberme dolido», reconoció. «En el momento en que debí haber sentido un dolor verdadero, reprimí sentimientos de vital importancia. Rehuí encontrarme frente a frente con la verdad porque no quería asumir algo tan intenso y, debido a ello, he cargado con un corazón hueco, vacío. Las serpientes han acaparado ese espacio, en el cual intentan ocultar el frío latido de sus corazones.»“

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