„El ser humano perfecto debe conservar siempre la calma y la paz de espíritu y no permitir jamas que la pasión o el deseo fugaz turben su tranquilidad. No creo que perseguir el conocimiento sea una excepción. Si el estudio al que te consagras tiende a debilitar tu afecto y a destruir esos placeres sencillos en los cuales no debe intervenir aleación alguna, entonces, ese estudio es inevitablemente negativo, es decir, impropio de la mente humana.“

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