„En primer lugar acabemos con Sócrates, porque ya estoy harto de este invento de que no saber nada es un signo de sabiduría.“
— Isaac Asimov
„Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios.“
— Confucio
„El camino también desaparece mientras lo pienso, mientras lo digo. La sabiduría no está ni en la fijeza, ni en el cambio, sino en la dialéctica entre ellos. Constante ir y venir: la sabiduría está en lo instantáneo. Es el tránsito. El tránsito no es sabiduría sino un simple ir hacia… el tránsito se desvanece: sólo así es tránsito.“
— Octavio Paz
„Uno de los signos que más acusan cambio de clima espiritual es la constante degradación de lo cómico y su concomitante embrutecimiento de la risa. Nunca ha habido (…) tantas gentes que parezcan rebuznar cuando ríen".“
— Antonio Machado
„Mientras uno encuentra en sí mismo y en lo que persigue, no puede sentirse viejo. El signo más cierto de la vejez es el sentimiento de la soledad.“
— Louisa May Alcott
„El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma.“
— Epicuro
„La oración neutralizará los sentimientos, elevándolos a un nivel de serenidad y paz.“
— Marianne Williamson
„Ciertos tipos de transigencia son crímenes contra la humanidad, aunque se quiera presentárnoslos como pruebas de sabiduría política.“
— Albert Einstein
„A veces la proximidad con la muerte te llena de una extraña, casi visionaria serenidad.“
— Rosa Montero
„Serenidad y paciencia le recomendaba Kalimán a su pequeño Solín en momentos de apuro.“
— Alfonso Lanzagorta
„Si en medio de las adversidades persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor.“
— Teresa de Jesús
„con en la pelvis el signo de Antonin Artaud“
— Julio Cortázar
„Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos.“
— Manuel Belgrano
„Muchas palabras no son signo de ánimo prudente.“
— Tales de Mileto