„Cuando estuvimos cerca, me di cuenta de que tenía las manos sudadas.—Divina pareja, espera un momento —dije, y me paré.Wil arqueó una ceja.—Estoy nervioso como una prostituta inexperta —expliqué—. Dame un momento.—Dices que Lorren te levantó el castigo hace dos días —dijo Wilem—. Creía que entrarías en cuanto te dieran el permiso.—He esperado para que puedan actualizar los registros. —Me sequé las manos húmedas en la camisa—. Estoy seguro de que pasará algo —añadí con nerviosismo—. Mi nombre no aparecerá en el registro. Ambrose estará en el mostrador y sufriré una recaída de la droga y acabaré arrodillándome sobre su cuello y chillando.—Me encantaría verlo —dijo Wil—, pero hoy Ambrose no trabaja.—Bueno, ya es algo —admití, y me relajé un poco. Señalé las palabras escritas sobre la puerta—. ¿Sabes qué significa eso?Wil alzó la vista.—El deseo de conocimiento forma al hombre —dijo—. O algo parecido.—Me gusta. —Inspiré hondo—. Bueno. Vamos allá.“

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