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Baruch Spinoza
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„Todo lo mejor; no me obligan a hacer nada que yo no hubiera hecho por mi propia cuenta si no temiera escándalo. Pero como lo quieren así, entro alegremente en el camino que se me ha abierto, con el consuelo de que mi partida será más inocente que el éxodo de los primeros hebreos de Egipto.“
„Sublime conocimiento de Dios y manifiestan con la máxima claridad la voluntad y los decretos de Dios. Así pues, aquellos que, cuando ignoran una cosa, recurren a la voluntad de Dios, desvarían totalmente:! forma ridícula, sin duda, de confesar la propia ignorancia!“
„Ningún milagro nos permite entender ni la esencia ni la existencia ni la providencia de Dios, sino que, por el contrario, estas cosas se perciben mucho mejor por el orden fijo e inmutable de la Naturaleza.“
„Quien es llevado por sus apetitos y es incapaz de ver y ni hacer nada que le sea útil es esclavo al máximo; y sólo es libre aquel que vive con sinceridad bajo la sola guía de la razón.“
„Si nadie puede renunciar a su libertad de opinar y pensar lo que quiera, sino que cada uno es, por el supremo derecho de la naturaleza, dueño de sus pensamientos, se sigue que nunca se puede intentar en un estado, sin condenarse a un rotundo fracaso, que los hombres sólo hablen por prescripción de las supremas potestades, aunque tengan opiniones distintas y contrarias.“
„Si hay una idea de Dios, la causa de esta idea debe existir formalmente, y contener en sí misma todo lo que la idea contiene objetivamente.“
„Por lo que respecta a la política, la diferencia entre Hobbes y yo, sobre la cual me pregunta usted, consiste en que yo conservo siempre incólume el derecho natural y en que yo defiendo que, en que en cualquier estado, al magistrado supremo no le competen más derechos sobre los súbditos que el que corresponde a la potestad con que él supera al súbdito, lo cual sucede siempre en el estado natural.“
„Pero tanto han podido la ambición y el crimen, que se ha puesto la religión, no tanto en seguir las enseñanzas del Espíritu Santo, cuanto en defender las intervenciones de los hombres, más aun, religión no se reduce a la caridad, sino a difundir discordias entre los hombres y a propagar el odio más funesto, que disimulan con el falso nombre de celo divino y de fervor ardiente. A estos males se añade la superstición que enseña a los hombres a despreciar la razón y la naturaleza y a venerar y admirar únicamente lo que contradice a ambas. No hay, pues, que extrañarse de que los hombres, a fin de admirar y venerar más la Escritura, procuren explicarla de suerte que parezca oponerse de plano a la razón y a la naturaleza. De ahí que sueñen que en las Sagradas Escrituras se ocultan profundísimos misterios y que se fatiguen en investigar semejantes absurdos, descuidando toda otra utilidad; y cuanto descubren en semejantes delirios lo atribuyen al Espíritu Santo y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana, que cuanto conciben los hombres por el entendimiento puro, lo defienden con el solo entendimiento y la razón, y cuanto opinan en razón de sus sentimientos, también los defienden con ellos.“
„El fin del estado no es convertir a los hombres de seres racionales en bestias o autómatas sino lograr más bien que su alma y su cuerpo desempeñen sus funciones con seguridad y que con ellos se sirvan de su razón libre y que no se combatan con odios, iras o engaños, ni se ataquen con perversas intenciones. El verdadero fin del estado es, pues, la libertad.“
„De ahí que sueñen que en la Sagradas Escrituras se ocultan profundísimos misterios y que se fatiguen en investigar semejantes absurdos descuidando toda otra utilidad, y cuanto descubren en semejantes delirios, lo atribuyen al Espíritu Santo y se empeñan en defenderlo con todas sus fuerzas y con toda pasión. Tal es, en efecto, la condición humana que, cuanto conciben los hombres por el entendimiento puro, lo defienden con sólo el entendimiento y la razón, y cuanto opinan en virtud de sus sentimientos también lo defienden con ellos.“
„Ahora bien, el gran secreto del régimen monárquico y su máximo interés en mantener engañados a los hombres y en disfrazar, bajo el especioso nombre de religión, el miedo con el que se los quiere controlar, a fin de que luchen por su esclavitud, como si tratara de su salvación, y no consideren una ignominia, sino el máximo honor, dar su sangre y su alma para orgullo de un solo hombre. Por el contrario, en un estado libre no cabría imaginar ni emprender nada más desdichado, ya que es totalmente contrario a la libertad de todos adueñarse del libre juicio de cada cual mediante prejuicios o coaccionarlo de cualquier forma.“
„Ahora bien, que el hombre tenga la idea de Dios está claro, puesto que él entiende sus atributos y estos atributos, no pueden ser producidos por él, ya que es imperfecto.“
„Comprender es el principio de aprobar.“
„El derecho natural de cada hombre no se determina, pues, por la sana razón, sino por el deseo y el poder.“
„… en el Estado y en gobierno, donde la suprema ley es la salvación del pueblo y que manda, quien obece en todo a la suprema potestad no debe ser considerado como esclavo inútil para sí mismo, sino como súbdito.“
„Sé también que es tan imposible que el vulgo se libere de la superstición como del miedo.“
„Existe tanta diferencia entre las cabezas como entre los paladares.“
„De donde resulta que ninguna sociedad puede subsistir sin autoridad, sin fuerza y, por tanto, sin leyes que moderen y controlen el ansia de placer y los impulsos desenfrenados.“
„Si no quieres repetir el pasado, estúdialo.“
„Sin la ayuda mutua, los hombres viven necesariamente en la miseria y sin poder cultivar la razón.“
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