Citas

„Hay otras cosas que no se revelan ni siquiera a sus amigos sino sólo para los adentros.“
„La pobreza y la miseria forman al artista.“
„La vida de toda mujer, a pesar de lo que ella diga, no es más que un continuo deseo de encontrar a quien someterse.“
„No emprendas nada en serio en un arrebato.“
„Pero contemplar, después de todo, no es amar.“
„Es la muerte del salvador, lo que salva.“
„Es la incertidumbre lo que le encanta a uno, todo se hace maravilloso en la bruma.“
„Pero por algo soy novelista y puedo imaginar.“
„Yo no puedo callar cuando el corazón me da gritos.“
„La conciencia pertenece a un orden mucho más elevado que dos más dos. Es claro que después de dos más dos, no nos quedará ya nada sobre lo que obrar ni nada que descubrir.“
„El presidiario sabe perfectamente que es un prisionero, que es un réprobo, y conoce la distancia que le separa de sus superiores; pero ni estigmas ni cadenas le harán olvidar que es un hombre.“
„En esa época yo tenia veinticuatro años, pero ya entonces tenía una existencia sombría, desorganizada, solitaria como la de un salvaje.“
„Si hay amor puede prescindirse de la felicidad. La vida es buena, inclusive con penas.“
„Donde no hay amor, tampoco hay razón.“
„Cuando reconozco a un hermano en mi prójimo, sólo entonces soy hombre.“
„¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! Parece que uno quisiera dar su corazón, su alegría. ¡Y la alegría es contagiosa!“
„Cuando se ama, incluso se puede prescindir de la felicidad. La vida es bella aun cuando se sufre. Vivir es grato, cualquiera que sea la clase de vida.“
„Sólo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos.“
„Pero, ¿Qué otra cosa puedo hacer si es así como veo las cosas y si te amo cada vez más…como una loca?“
„Matar por haber matado es un castigo incomparablemente mayor que el propio crimen. La muerte en virtud de sentencia es incomparablemente más horrible que la muerte que el criminal produce. Los bandidos matan a su víctima de noche, en pleno bosque o en cualquier otro sitio, y la víctima espera salvarse hasta último momento (…) Pero aquí, toda esta última esperanza, con la que el morir resulta diez veces más fácil, se la quitan de seguro; aquí tenemos la sentencia, y el hecho de que esta se cumplirá a ciencia cierta constituye un tormento espantoso, como no hay otro igual en el mundo.“