Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
Quote
»
Gabriel García Márquez
»
Página 16
Citas
„No es verdad que la gente deja de perseguir sus sueños porque envejece, envejecen porque dejan de perseguir sus sueños.“
„«Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.“
„«Todo el mundo dice que la muerte es una mujer», siguió diciendo la mujer. Era corpulenta, más alta que su marido, y con una verruga pilosa en el labio superior. Su manera de hablar recordaba el zumbido del ventilador eléctrico. «Pero a mí no me parece que sea una mujer», dijo. Cerró el armario y se volvió a consultar la mirada del coronel:―Yo creo que es un animal con pezuñas.―Es posible ―admitió el coronel―. A veces suceden cosas muy extrañas.“
„Si has de parir iguanas, criaremos iguanas —dijo—. Pero no habrá más muertos en este pueblo por culpa tuya. Era una buena noche de junio, fresca y con luna, y estuvieron despiertos y retozando en la cama hasta el amanecer, indiferentes al viento que pasaba por el dormitorio, cargado con el llanto de los parientes de Prudencio Aguilar.“
„Lo malo de este pueblo es que las mujeres tienen que quedarse solas en la casa mientras los hombres andan por el monte.“
„Descubrí que mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza.“
„Yo seguí almorzando, porque creí que sólo se trataba de un recado; porque no sabía que esa tarde estaban comenzando las cosas que hoy concluyen.“
„En este pueblo no hay ladrones. Todo el mundo conoce a todo el mundo.“
„Ella tuvo que hacer un esfuerzo sobrenatural para no morirse cuando una potencia ciclónica asombrosamente regulada la levantó por la cintura y la despojó de su intimidad con tres zarpazos y la descuartizó como a un pajarito. Capítulo 5, Cien Años de Soledad“
„Entonces acababa de cumplir 20 años, era viudo reciente y rico, estaba deslumbrado por la coronación de Napoleón Bonaparte, se había hecho masón, recitaba de memoria en voz alta sus páginas favoritas de Emilio y La Nueva Eloísa, de Rousseau, que habían sido sus libros de cabecera durante mucho tiempo, y había viajado a pie, de la mano de su maestro y con su morral a la espalda, a través de casi toda Europa.“
„La necesidad de sentirse triste se le iba convirtiendo en un vicio a medida que la devastaban los años.“
„Taciturno, silencioso, insensible al nuevo soplo de vitalidad que estremecía la casa, el coronel Aureliano Buendía apenas si comprendió que el secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.“
„Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada — dijo el padre—. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.“
„… y nada para los pobres, por supuesto, porque esos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo…“
„La casa se llenó de amor. Aureliano lo expresó en versos que no tenían principio ni fin. Los escribía en los ásperos pergaminos que le regalaba Melquíades, en las paredes del baño, en la piel de sus brazos, y en todos aparecía Remedios transfigurada: Remedios en el aire soporífero de las dos de la tarde, Remedios en la callada respiración de las rosas, Remedios en la clepsidra secreta de las polillas, Remedios en el vapor del pan al amanecer, Remedios en todas partes y Remedios para siempre“
„Meme recordaba los detalles sin arrepentimiento y hablaba de las cosas más extravagantes con un irreprimible deseo de vivirlas de nuevo o con el dolor que le proporcionaba la evidencia de que no las volvería a vivir.“
„Caracas era todavía una población remota de la provincia colonial; fea, triste, chata, pero las tardes del Ávila era desgarradoras en la nostalgia.“
„En otro de mis libros-no recuerdo cuál- se ve pasar por el Caribe el buque fantasma de Víctor hurgues, protagonista magistral de EL siglo de las luces, de Alejo Carpentier. En cambio, me quedé con el deseo de dejar también el recuerdo de mi muy admirado y querido Juan Rulfo, porque en varias ocasiones en que le consulté las posibilidades me respondió con su manera encantadora de dejarlo a uno en el aire. Sin embargo, ya en vísperas de su muerte, hablando de otras cosas, me soltó de medio lado una frase casual que entendí como una respuesta que nunca me dio: «No hay un lugar más peligroso para seguir viviendo que las páginas de un libro ajeno».“
„El primero de la estirpe está amarrado en un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas.“
„No sentía sed ni hambre. No sentía nada, aparte de una indeferencia general por la vida y la muerte. Pensé que me estaba muriendo. Y esa idea me llenó de una extraña y oscura esperanza.“
<
1
2
…
15
16
17
…
28
29
>