Citas

„La vida le había dado muchos motivos para estar alerta, pero ninguno para estar asustado.“
„La fama es una señora muy gorda que no duerme con uno, pero cuando uno despierta está siempre mirándonos frente a la cama.“
„Ay de mí, si es amor, cuanto atormenta.“
„El odio y el amor son pasiones recíprocas.“
„Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo“
„Es que murió sin entender su muerte.“
„Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.“
„Sólo ahora, cuando ya pasé por todas las edades que mi padre tuvo en su larga vida, he empezado a verme en el espejo mucho más parecido a él que a mí mismo.“
„Había perdido en la espera la fuerza de los muslos, la dureza de los senos, el hábito de la ternura, pero conservaba intacta la locura del corazón.“
„Usted puede prohibirme lo que quiera y yo le cumplo’. Y concluyó: ‘Lo malo es que no puede prohibirme lo que pienso’.“
„Su corazón de ceniza apelmazada, que había resistido sin quebrantos a los golpes más certeros de la realidad cotidiana, se desmoronó a los primeros embates de la nostalgia.“
„Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno lo auscultaba se le sentían borboritar las lágrimas dentro del corazón.“
„El periodismo es el mejor oficio del mundo“
„Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.“
„La ingratitud humana no tiene límites.“
„… le enseñó lo único que tenía que aprender para el amor:que a la vida no la enseña nadie.“
„«Hubiera jurado que usted era incrédulo», dijo.El médico no se volvió siquiera a mirarlo:«Qué más quisiera yo, señor».“
„La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.“
„Ningún loco está loco si uno se conforma con sus razones.“
„Y sin darle tiempo al pánico se liberó de la materia turbia que le impedía vivir. Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor de ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes, como sólo Dios tenía el derecho y el poder de serlo, y que el gozo supremo de su corazón sería morirse con ella.“