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Mathias Malzieu
Citas
„No nos miramos de verdad. No nos tocamos de verdad, apenas nos dijimos nada. Sus ojos demasiado grandes en la piel de porcelana, y esa manera extraña de pedir perdón por sonreír. Sus labios, que revoloteaban como un copo de nieve perdido en una playa estival, y yo, que trataba de cazarlo con mi nevera demasiado grande. Un cataclismo disfrazado de beso en miniatura. Más poderoso que un ejército de rayos. El beso más pequeño nunca visto. Impacto de luz y luego nada.“
„Y cuanto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación del rechazo y de la injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará.“
„(…) Guardo el recuerdo de una chica que dormía en mi corazón, se despertaba a cada minuto para accionar los latidos y se dormía de nuevo. Un día, no se despertó y mi corazón se secó… Me golpeé el pecho, grité, me lancé contra árboles, y nada.“
„Ella se había esmerado en que cupiese todo dentro de la caja. Por supuesto, no todo cabía. Porque aquellos años de vida en común no había forma de meterlos ni siquiera en un camión pesado.“
„¿Cómo podía resistir así, ella que estaba desarmada? Yo no me veía abandonándola. Ella me aceptaba tal como era. Me había aceptado cargado de demonios, más angustiosos unos que los otros. Los había enganchado a los suyos y avanzaba. No me veía haciéndole lo que yo había sufrido que me hiciesen.“
„¡ No te preocupes pequeño! En la vida todo viene y va, ya se sabe. Uno siempre sale adelante, aunque le cueste su tiempo.“
„Jamás hubiera creído que es tan complicado mantener a nuestro lado a la persona que más queremos y deseamos en el mundo.“
„Mi mente reaccionaba igual que una película fotosensible a la emoción donde el amor y la muerte podían imprimirse en el mismo segundo.“
„Nos hemos despeñado. Igual que unos alpinistas a los que acabaran de quitar la pared montañosa, el punto de apoyo al que se aferraban para no perder el pie. Aunque te hayas hecho a la idea que va a suceder lo peor, la caída siempre es un brutal golpetazo.“
„¡El corazón de aquella chica invisible era un puto cubo de Rubik! Por más que lo hacía girar en todos los sentidos, no llegaba a juntar los cuadritos del mismo color en la cara correcta.“
„Se exactamente lo que necesita el mejor pastel del mundo para llegar a serlo: un pellizco de tus pechos.“
„Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire.¡Blanco! ¡Blanco! ¡Blanco!Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero. Las pequeñas callejuelas de Edimburgo se metamorfosean. Las fuentes se transforman en jarrones helados que sujetan ramilletes de hielo. El viejo río se ha disfrazado de lago de azúcar glaseado y se extiende hasta el mar. Las olas resuenan como cristales rotos. La escarcha cae cubriendo de lentejuelas a los gatos. Los árboles parecen grandes hadas que visten camisón blanco, estiran sus ramas, bostezan a la luna y observan cómo derrapan los coches de caballos sobre los adoquines. El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo. El sonido que emiten al fallecer es dulce, a pesar de que se trata del ruido de la muerte. Es el día más frío de la historia. Y hoy es el día de mi nacimiento. […]Fuera nieva con auténtica ferocidad. La hiedra plateada trepa hasta esconderse bajo los tejados. Las rosas translúcidas se inclinan hacia las ventanas, sonrojando las avenidas, los gatos se transforman en gárgolas, con las garras afiladas. En el río, los peces se detienen con una mueca de sorpresa. Todo el mundo está encantado por la mano de un soplador de vidrio que congela la ciudad, expirando un frío que mordisquea las orejas. En escasos segundos, los pocos valientes que salen al exterior se encuentran paralizados, como si un dios cualquiera acabara de tomarles una foto. Los transeúntes, llevados por el impulso de su trote, se deslizan por el hielo a modo de baile. Son figuras hermosas, cada una en su estilo, ángeles retorcidos con bufandas suspendidas en el aire, bailarinas de caja de música en sus compases finales, perdiendo velocidad al ritmo de su ultimísimo suspiro.Por todas partes, paseantes congelados o en proceso de estarlo se quedan atrapados. Solo los relojes siguen haciendo batir el corazón de la ciudad como si nada ocurriera.“
„Mi corazón no late, baila.“
„No me queda sangre, tengo noche en las venas, negra y helada.“
„Algunas veces solo necesito esconderme, en otros momentos desaparecer, para que me dejen en paz, y no pensar en nada. Aunque lo mejor sería que me hiciera un traje de pájaro con mi sombra y volar, porque estoy harto de arrastrar la cara bajo tierra, de no ver ahí absolutamente nada, y pienso que, quizá, en el cielo, o justo encima, te encontraré.“
„«A las 17:30,. En el reloj de tu corazón, la aguja pequeña jamás volverá a subir a las doce».“
„Endorfina se cala un Camel light entre los rubíes que le sirven de labios y exhala un cúmulo para Playmóbiles. Me gustaría ser un Camel light: rodar entre sus dedos, atravesar su paladar de princesa, trasformarme en humo ligero y descender haciendo rápel por su esófago, lamer sus senos desde dentro antes de acabar convertido en una flor de alquitrán plantada en sus pulmones.“
„Este es el segundo fragmento que pongo aquí del que se ha convertido en mi libro favorito: «La mecánica del corazón». Espero que lo disfrutéis x)»Ya no puedo estar sin su presencia; el olor de su piel, el sonido de su voz, las pequeñas maneras de representar a la muchacha más fuerte y a la más frágil del mundo. Su manía de no ponerse gafas para ver el mundo tras el cristal ahumado de su visión lastimada; su forma de protegerse. Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.Descubro la extraña mecánica de su corazón. Funciona con un sistema de concha autoprotectora ligada a la falta de confianza que la habita. Una ausencia de autoestima peleándose con una determinación fuera de lo común. Aun no he descubierto qué engranaje tiene roto.El código de acceso a su corazón cambia todas las noches. A veces, la concha es dura como la piedra. Por mucho que pruebe con mil combinaciones en formas de caricias y palabras de apoyo, apenas consigo quedarme en las puertas de su misterio. Sin embargo, ¡Me gusta tanto hacer crujir su concha! Escuchar ese pequeño ruido que produce al desactivarse, ver los hoyuelos que se marcan en la comisura de sus labios y que parece decir «¡Sopla!». El sistema de protección volando en dulces pedazos».“
„Instauramos unas reglas mágicas para esas partidas de ping-pong. El ganador podía hacer lo que quisiese con el cuerpo del otro, salvo besarlo en los labios. Sucedía que el que perdía era tan feliz como el que ganaba.“
„Hay una acacia, ya sé que solo da espinas y sombras cortantes, pero está viva, tendrás algo vivo a tu lado. Te dará de beber su savia, te escaparás a través de sus raíces y florecerás desplegándote hacia el cielo.“
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