„Tarde te amé, hermosura tan antigua, y tan nueva, tarde te amé. Y he aquí que Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que Tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Me mantenían lejos de Ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Llamaste y gritaste, y rompiste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y ahuyentaste mi ceguera; exhalaste tu fragancia, la respiré y suspiro por Ti; te gusté y tengo hambre y sed de Ti; me tocaste y me abrasé en tu paz.“

— Agustín de Hipona

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„Pero aquella tarde se preguntó con su infinita capacidad de ilusión si una indiferencia tan encarnizada no sería un subterfugio para disimular un tormento de amor. La“
— Gabriel García Márquez
„Sal y obten paz, piensa paz, vive paz y respira paz y la tendrás tan pronto como desees.“
— John Lennon
„Creo que es la primera vez que llego tarde tan temprano.“
— Yogi Berra
„La pereza anda tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla.“
— Benjamin Franklin
„Si no tarda usted mucho, le esperaré aquí toda la vida.“
— Oscar Wilde
„La llamaré mañana, hoy se me hizo tarde. Esa forma tan cobarde de no decirnos que no.“
— Joaquín Sabina
„pero tenía una idea tan flexible de la juventud que nunca me pareció demasiado tarde.“
— Gabriel García Márquez
„El que va demasiado aprisa llega tan tarde como el que va muy despacio.“
— William Shakespeare
„El amor que nace repentinamente mas tarda en irse“
— Jean de La Bruyere
„Por favor…a mi no me gusta la boberia esa de las palmadas… y si no les gusta que les digan eso, no vengan mas a mis conciertos, vaya… mamey, conmigo no tienen problema…. yo estoy loco por retirarme.“
— Silvio Rodríguez
„De algún modo, conviertiéndome en otra persona quería liberarme de algo implícito en el yo que había sido hasta entonces. Lo buscaba de verdad, seriamente, y creía que, si me esforzaba, podría conseguirlo algún día. Pero, al final, eso no me conducía a ninguna parte. por más lejos que fuera, seguía siendo yo. Por más que me alejara, mis carencias seguían siendo las mismas. Por más que el decorado cambiase, por más que el eco de la voz de la gente fuese distinto, yo seguía siendo el mismo ser incompleto. Dentro de mí se encontraban las mismas carencias fatales, y esas carencias me producía un hambre y una sed violentas. Esa hambre y esa sed me han torturado siempre, tal vez sigan torturándome a partir de ahora.“
— Haruki Murakami
„Puede que no sea tan malo estar conmigo.“
— Ricardo Arjona