„Ni uno sólo de los principios morales que custodian el corazón de los hombres, me era accesible.“
— Albert Camus
„El cuerpo humano no es más que apariencia y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma.“
— Victor Hugo
„El hombre no es más que un animal de los más bajos, desprovisto de inteligencia y de alma, sin virtudes ni valores morales. Un animal que solo sirve para dos cosas: para comer y para reproducirse.“
— Ayn Rand
„El dinero y no la moral es el principio de las naciones fuertes.“
— Thomas Jefferson
„En el Sufismo, el alma humana (ruh) es aquello que es capaz de percibir la realidad objetiva.“
— Idries Shah
„También la moral es un asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya verás.“
— Gabriel García Márquez
„Y una voz que me decía: ¡déjate llevar!. Si el alma te lleva… Duele el corazón cuando te lo dejas. Cerca del final, ¡donde todo empieza!.“
— Fito Cabrales
„Esforcémonos en obrar bien: he aquí el principio de la moral.“
— Blaise Pascal
„Pero un amigo de la humanidad con vacilantes principios morales es un antropófago de la humanidad.“
— Fiódor Dostoyevski
„(I). Los dos protagonistas del diálogo son Sofía y Saulino. Sofía es la sabiduría humana, mundana, mediante la cual el hombre accede a la sabiduría superior o supramundana que es la providencia y verdad misma, en suma: la divinidad en la medida en qué es accesible el entendimiento humano.“
— Giordano Bruno
„Los principios son estériles si no se vuelcan a la realidad.“
— Esteban Echeverría
„La gente sobrevive a los corazones rotos, y tú eres lo bastante resistente como para soportarlo muchas veces. Pero Julian no es solo alguien que puede llegarte al corazón. Puede llegarte al alma. Y hay una diferencia entre que te rompan el corazón o que te destrocen el alma.“
— Cassandra Clare
„Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración… La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón…“
— Pío de Pietrelcina