„—No me gusta —exclamó Lenina—. No me gusta.Todavía le gustó menos lo que le esperaba a la entrada del pueblo, en donde su guíalos dejó solos para entrar a pedir instrucciones. Suciedad, montones de basura, polvo,perros, moscas… Con el rostro distorsionado en una mueca de asco, Lenina, se llevó unpañuelo a la nariz.—Pero, ¿cómo pueden vivir así? —estalló.En su voz sonaba un matiz de incredulidad indignada. Aquello no era posible.Bernard se encogió filosóficamente de hombros.—Piensa que llevan cinco o seis mil años viviendo así —dijo—. Supongo que a estasalturas ya estarán acostumbrados.—Pero la limpieza nos acerca a la fordeza —insistió Lenina.—Sí, y civilización es esterilización —prosiguió Bernard, completando así, en tonoirónico, la segunda lección hipnopédica de higiene elemental—. Pero esta gente no haoído hablar jamás de Nuestro Ford y no está civilizada.“

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