„no me condenes, dije llorando como nunca he llorado, pidiéndole, rogándole, sos tan diferente, dijo, tan diferente, aquí sus ojos serios porque calculaba, sí, sin duda calculaba que yo iba a traer el escándalo de la poesía a su vida calculada de horarios y encuentros nada entrañables, negándome como quien se niega al sol, ocupado en preparar su suicidio. El mío vendrá pronto. Yo no puedo vivir. Esto lo sé. Lo he sabido siempre. Siempre lo supe. Ahora lo sé.“

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