„En todos los veraneos sintieron la sensación de asistir a una fiesta a la que no estaban invitados. Al comparar la evidente alegría general con sus melancólicos talantes, los Hombres Sensibles sospecharon que había en todo aquello algo que no se les decía. Un dato, un secreto, una clave cuyo conocimiento permitía disfrutar, reír, divertirse.Mucho tiempo más tarde, Manuel Mandeb comprobó que efectivamente había un secreto que algunos conocían y otros no. Y comprendió también que la causa de la alegría no era el conocimiento del misterio sino más bien su ignorancia.Y no volvió a salir nunca de vacaciones.“

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