„Es ciertamente increíble cuán insignificante y banal, vista desde fuera, y cuán aturdida y ciega, sentida desde dentro, pasa la vida de la gran mayoría de los hombres. Es un débil anhelar y atormentarse, un sonámbulo tambalearse a través de las cuatro edades de la vida hasta la muerte, en compañía de una serie de pensamientos triviales. Se asemejan a los mecanismos de relojes, que se les da cuerda y se ponen en marcha sin saber por qué. Y cada vez que un hombre es engendrado y nace, de nuevo se le da cuerda al reloj de la vida humana para que entonces vuelva a interpretar su canción tantas veces repetida ya, movimiento a movimiento, compás por compás, con variaciones insignificantes.“

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