„Cuando las personas que amamos, o aquellas por las que sentimos una profunda conexión, dejan de preocuparse por nosotros, de prestarnos atención, de invertir tiempo o de luchar por la relación, la confianza empieza a esfumarse y se abren las heridas. La desconexión desencadena vergüenza y nuestros peores temores: el temor al abandono, a no ser merecedores, a no ser dignos de ser amados. Lo que hace que esta traición encubierta sea mucho más“

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