Página de inicio » Quote » Chuck Palahniuk » „«Parásito» no es la palabra adecuada, pero es la primera palabra que viene a la mente.“ „«Parásito» no es la palabra adecuada, pero es la primera palabra que viene a la mente.“ — Chuck Palahniuk Tags:adecuadomentepalabraparásitaprimeros Citas relacionadas „Días después le vinieron a la mente las palabras que debió haber dicho. Por algún motivo, las palabras adecuadas siempre llegan demasiado tarde.“ — Haruki Murakami „Lo que pasa con el alma es que no se ve/ lo que pasa con la mente es que no se ve/ lo que pasa con el espíritu es que no se ve/ ¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?/ ninguna palabra es visible“ — Alejandra Pizarnik „El amor es sólo una palabra, hasta que alguien viene y le da sentido.“ — Paulo Coelho „Por algún motivo, las palabras adecuadas siempre llegan demasiado tarde.“ — Haruki Murakami „Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla.“ — Haruki Murakami „Es una palabra. Las palabras son pálidas sombras de nombres olvidados. Los nombres tienen poder, y las palabras también. Las palabras pueden hacer prender el fuego en la mente de los hombres. Las palabras pueden arrancarles lágrimas a los corazones más duros. Existen diez palabras que minarán la más poderosa voluntad de un hombre. Pero una palabra no es más que la representación de un fuego. Un nombre es el fuego en sí.“ — Patrick Rothfuss „Cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra.“ — Rosa Montero „Moraleja: toda palabra en boca de un "primer cristiano" es una mentira.“ — Friedrich Nietzsche „¡Palabras, palabras, todo palabras!“ — William Shakespeare „La miseria no viene del corazón ni de la mente, viene del alma.“ — Alejandro Sanz „No más palabras en mi mente, nada más que imaginar. Pero creo que nunca me lograré librar de tu fantasma.“ — Selena Gomez
„«Parásito» no es la palabra adecuada, pero es la primera palabra que viene a la mente.“ — Chuck Palahniuk Tags:adecuadomentepalabraparásitaprimeros