„Nos habíamos dicho nuestro amor con la mirada, pero se nos olvidó decirnos el teléfono. Mi amor desesperado la buscó por todo el barrio. Nunca la encontró. En vano esperé verla aparecer en misa de siete, de ocho, de nueve, de diez, de once, de doce. Un domingo, otro, otro…Nunca apareció. Mi vida ahora, lo sé bien, habría sido muy otra de haberla encontrado: tan distinta como el destino de Europa si Napoleón no hubiera perdido en Waterloo. Pero perdió.“

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