„Podían averiguar hasta el último detalle de lo que habías hecho, dicho o pensado; pero el interior de tu corazón, cuyo funcionamiento era un misterio incluso para ti, seguía siendo inexpugnable.“
— George Orwell
„Sin duda, podrían saber hasta el más pequeño detalle todo lo que uno hubiera hecho, dicho o pensado; pero el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su dueño, se mantendría siempre inexpugnable.“
— George Orwell
„¿Y cómo me ves tú a mí?—Como un misterio.—Ese es el cumplido más raro que me han hecho nunca.—No es un cumplido. Es una amenaza.—¿Y eso?—Los misterios hay que resolverlos, averiguar qué esconden.—A lo mejor te decepcionas al ver lo que hay dentro.—A lo mejor me sorprendo. Y tú también.“
— Carlos Ruiz Zafón
„Controlar los verdaderos sentimientos y hacer lo mismo que hicieran los demás era una reacción natural. Pero durante un par de segundos, sus ojos podían haberío delatado.“
— George Orwell
„Grace se encogió de dolor por el sufrimiento que destilaba aquella sencilla petición. Su pobre Julian. ¿Qué le habían hecho? ¿Cómo podían hacerle eso a alguien como él?“
— Sherrilyn Kenyon
„Hechos memorables, misterios sin resolver“
— José Mota
„Sabía lo rápido que podían romperse las cosas. Hacías todo lo que podías. Te ocupabas del mundo. Confiabas en estar a salvo. Pero aun así, ella lo sabía. Podía llegar aplastándolo todo, y no podías hacer nada.“
— Patrick Rothfuss
„Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto pero sin acabar de acabarse jamás.“
— Gabriel García Márquez
„El amor no lo podía todo. El amor no siempre aguantaba. Podían quitarte todo lo que tuvieras hasta que solo te quedara el amor, pero luego éste también desaparecía.“
— Cassandra Clare
„comprendió con alguna amargura quenada podía esperar de aquellos alumnos que aceptaban con pasividadsu doctrina y sí de aquellos que arriesgaban, a veces, una contradicciónrazonable. Los primeros, aunque dignos de amor y debueno afecto, no podían ascender a individuos; los últimos preexistíanun poco más.“
— Jorge Luis Borges