„Dícese que, en vísperas de la guerra, estos partidos metieron bajo el tapete la consigna de guerra a la guerra y aplicaron la consigna contraria, la consigna de guerra por la patria imperialista. Dícese que este cambio de consignas causó millones de víctimas entre los obreros. Pero sería un error pensar que alguien tuvo la culpa de ello, que alguien fue infiel o traidor a la clase obrera. ¡Nada de eso! Ocurrió lo que tenía que ocurrir. En primer lugar, porque resulta que la Internacional es un instrumento de paz, y no de guerra; y, en segundo lugar, porque, dado el nivel de las fuerzas productivas en aquel entonces, ninguna otra cosa podía hacerse.“

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