„Aunque no tenía demasiada buena opinión ni de los hombres ni del matrimonio, casarse había sido siempre su meta, ya que se trataba de la única manera honorable de que una joven bien educada, pero con pocos medios de fortuna, se asegurara el porvenir y, aunque incierto como fuente de felicidad, el vínculo matrimonial representaba la manera menos desagradable de cubrir sus necesidades. Lograrlo a los 27 años y sin ser guapa hacía que Charlotte se considerase una mujer afortunada.“

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