„Dios ve el valor que usted tiene, y sabe en lo que le está convirtiendo. A veces nos miramos a nosotros mismos y pensamos: “Tengo muchas imperfecciones. Tengo mal genio. Tengo un problema con mi boca. No soy tan disciplinado”. Vemos el barro, pero Dios ve la hermosa taza. La buena noticia es que usted no es un producto terminado. Dios sigue obrando, y si trabaja usted con Dios y le permite eliminar esas impurezas, Él hará más con su vida de lo que usted nunca soñó.“

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