„Mi familia era insultada […] Don Santiago Bueras en Rancagua, entró acompañado de tres oficiales a insultar a mi mujer, con las más infames expresiones y muy propias para prostitutas. Éstas y otras infinitas pruebas de bajeza con que procedían mis enemigos me provocaban a la venganza, y me habría sido muy dulce destruir unos hombres tan perjudiciales; pero temí que el enemigo, aprovechando los momentos de discordia, hubiese triunfado. Nada era el sacrificio de nuestras personas por la salud de la Patria.“

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