„El espíritu de las tinieblas es capaz de mostrar a Dios como enemigo de la propia criatura y, ante todo como enemigo del hombre, como fuente de peligro y amenaza para el hombre. De este modo, Satán injerta en el ánimo del hombre el germen de la oposición de aquel que desde el principio debe ser considerado como enemigo del hombre y no como Padre.“

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