„Pobre, pobre Gabriel. Te has esforzado tanto… En tiempos pasados condenaste la acción de Azazel y Samael, luchaste junto a Miguel contra todos los demonios que se te ponían por delante… pero después te enamoraste de la humanidad, ¿verdad? Volviste tus bellos ojos hacia esas indignas criaturas y descubriste en ellos algo hermoso… quien sabe qué. Te esforzaste por redimirlos; hablaste con ellos, anunciaste el nacimiento de niños extraordinarios, les comunicaste, infatigable, mensajes de paz y armonía. Pero los humanos no escucharon, ¿no es cierto?“

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