„Tienes la misión de armonizar tu mente mortal con la Mente Divina, pues el miedo puede apegarse a la materia mortal, pero no a la Divinidad. Cuando invocas a la Mente Divina, no estás apelando a un poder externo a ti. Estás apelando a una fuerza que mora en tu interior. El Espíritu es la perfección que impregna todas las cosas, tanto para protegerlas del caos como para restaurar la armonía una vez que el desorden se ha manifestado. El“

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