„Yo no pretendo que el ser humano deje de pecar. Errare humanum est. El error, el pecado, están en el ser mismo del hombre.- ¿Vos querés decir el pecado original?- Eso mismo, vos me comprendés. Pero reconocé que es muy diferente pecar sin sentido de culpa, casi gozozamente, como lo hace el ateo, y pecar, como podemos hacer vos y yo, sintiéndonos cristianamente culpables ante Dios.- Te diré más; yo creo que el sentido de culpa le agrega otro sabor al pecado. Exactamente, otro sabor. ¡Qué cosa aburrida debe ser pecar cuando se es ateo! Realizar lo pecaminoso sin que nadie te pida cuentas.- Horrible. Lo pienso y se me encoje el corazón.- Por eso las grandes obras de arte se han construido siempre alrededor del pecado.-Lo cual, en el fondo, significa construirlas alrededor de Dios.- Naturalmente, porque sin Dios el pecado no existe. Y se han construido alrededor del pecado, porque el pecado está prohibido y tiene castigo, y eso es lo estético: el conflicto entre la prohibición y la culpa. mejor dicho, el arte es la chispa de frotar la prohibición con el castigo- Te salió redondo.- ¿Verdad que sí? Se me ocurrió ahora, mientras te hablaba…“

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