„De hecho, el desarme (nuclear) es, desde todos los puntos de vista de la libertad, la más alta de todas las metas políticas del mundo moderno. Precisamente porque el asesinato es un crimen más odioso que el latrocinio, el asesinato masivo -de tal alcance que puede alcanzar a amenazar a la civilización humana y a la supervivencia misma de la humanidad- es el peor de cuantos crímenes se pueden imaginar. Y ocurre que, en nuestros días, se trata de un crimen perfectamente posible. ¿Es qué los libertarios deben mostrarse indignados por los controles de los precios o por el impuesto sobre la renta mientras se encogen de hombros o defienden incluso positivamente el crimen último y definitivo del asesinato masivo?“

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