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„Siempre dije que el único dios es el tiempo.“
— Pablo Hasél
„Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona.“
— Nicanor Parra
„Sumerge en el río a aquel que ama el agua.“
— William Blake
„A veces era difícil saber si se estaba leyendo la descripción de los éxtasis de algún santo medieval o las morbosas confesiones de un pecador moderno.“
— Oscar Wilde
„El sagaz quiere más necesitados que agradecidos. Es robarle a la esperanza cortés fiar del agradecimiento villano.“
— Baltasar Gracián
„Donde no hay caridad no puede haber justicia.“
— Agustín de Hipona
„En este instante-ya estoy envuelta en un vago deseo difuso de maravilla y en millares de reflejos de sol en el agua que brota de la fuente de un jardín maduro de perfumes, jardín y sombras que invento ya y ahora y que son el medio concreto de hablar en este mi instante de vida. Mi estado es el de jardín con agua que fluye.“
— Clarice Lispector
„No hallé como quien ser, en ninguno. Y me quedé, así: como ninguno.“
— Antonio Porchia
„Levanté la mirada y me quedé mudo. Un colosal laberinto de puentes, pasajes y estantes repletos de cientos de miles de libros se alzaba formando una gigantesca biblioteca de perspectivas imposibles. Una madeja de túneles atravesaba la inmensa estructura que parecia ascender en espiral hacia una gran cúpula de cristal de la que se filtraban cortinas de luz y tinieblas. Pude ver algunas siluetas aisladas que recorrían pasarelas y escalinatas o examinaban con detalle los pasadizos de aquella catedral hecha de libros y palabras.“
— Carlos Ruiz Zafón
„Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.“
— Julio Cortázar
„Pero no era la felicidad, era sólo una tregua».“
— Mario Benedetti
„A veces pensaba que llorar me produciría alivio. Pero no sabía por qué llorar. No sabía por quién llorar.“
— Haruki Murakami
„Los celos tienen el asombroso poder de iluminar con rayos penetrantes únicamente a uno solo, dejando en total oscuridad a la masa de los demás hombres.“
— Milan Kundera
„Es más honorable reparar un mal que persistir en él.“
— Thomas Jefferson
„La historia del siglo XX es la historia de las utopías convertidas en campos de concentración.“
— Octavio Paz
„Ese vínculo humano esencial entre el mundo y el infinito. El único sitio donde el torrente sanguíneo toca la eternidad. Lo que importa es el amor y el deseo. Aquí en la oscuridad se puede hacer como en cualquier otra parte. Quizá mejor que en muchas otras… Así es volar“
— Stephen King
„Quien nunca ha vivido oprimido no siente la libertad.“
— Fernando Pessoa
„¿Soy un loco o un genio? No creo ser las dos cosas juntas.“
— John Lennon
„Mi pobre corazón en pelotas… ¡mi pobre corazón en fa sostenido!.“
— Fito Cabrales
„¿Cansancio? de quererte y no quererte,¿Adicción? a las curvas peligrosas,¿Ganas? de lo contrario de la muerte.“
— Joaquín Sabina
„Cuando pido Greysdale en Anker’s, saben perfectamente lo que quiero decir —expliqué—. Si pidiera algo que no existiera, alguien podría descubrir el juego.—Y tú ¿cómo lo sabes? —le pregunto Sim a Manet.—Más sabe el diablo por viejo que por diablo —contestó.“
— Patrick Rothfuss
„Siempre hay algo infinitamente mezquino en las tragedias de los demás.“
— Oscar Wilde
„Un delito (crime) es la violación de los derechos de otros hombres por la fuerza (o el fraude). Sólo el inicio de la fuerza física contra otros -es decir, el recurso a la violencia- puede ser clasificado como un delito en una sociedad libre (distinguible del mal obrar civil). Las ideas, en una sociedad libre, no son un delito- y tampoco pueden servir como la justificación de un delito.“
— Ayn Rand
„¿Cómo sabes qué clase de rey tengo dentro de mí como compañero?“
— Yalal ad-Din Muhammad Rumi
„No es bueno nunca hacerse de enemigos que no estén a la altura del conflicto, que piensan que hacen una guerra, y se hacen pis encima como chicos.“
— Fito Páez
„Al no querer ser esclavo, tampoco quiero ser amo.“
— Abraham Lincoln
„¿Acaso no es eso lo que debe lograr un escrito sobresaliente? ¿Provocar una respuesta? En“
— Stephen King
„El tacto de las cuerdas me producía extrañeza; mis dedos y las cuerdas eran como dos amigos que se reencuentran y que no recuerdan qué tienen en común. Toqué flojo y despacio, sin lanzar las notas más allá del círculo de luz de la hoguera. Mis dedos y las cuerdas mantenían una cuidadosa conversación, como si su danza describiera el guión de un enamoramiento.“
— Patrick Rothfuss
„No queremos despojar a nadie de su abrigo, queremos devolver al trabajador todo lo que le permite explotarlo. Haremos todos los esfuerzos para que no le falte nada a nadie, para que ningún hombre se vea obligado a vender sus brazos para subsistir él y sus hijos. Así entendemos la expropiación y nuestro deber durante la revolución que esperamos para un futuro próximo.“
— Piotr Kropotkin
„A los ocho años se había enamorado de Ichimei con la intensidad de los amores de la infancia y de Nathaniel con el amor sereno de la vejez.“
— Isabel Allende
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