„Es legítimo el afán interventor de los obreros en la marcha de las industrias. Ahora bien, el hecho de que asuman una función de esa índole les obliga al reconocimiento de unas finalidades económicas, a cuyo logro cooperan con sus decisiones y estudios. Porque es inútil engañarse: mientras predomine la economía capitalista, cuyo fin último no trasciende de los intereses de un individuo o de un trust, los Consejos obreros carecen de sentido.“

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