„Vivimos en un mundo que se desborda en maneras contradicentes de definir la «realidad principal»: los hechos de la naturaleza, del universo, si Dios existe, y cosas semejantes. Vivimos en una sociedad algunas veces hostil, donde los antagonistas echarán abajo nuestras creencias, si no son bien sólidas. Es más, cada uno tenemos preguntas que respondernos por nosotros mismos. Puede que usted no tenga las batallas que he compartido en el primer capítulo. Pudiera tener otras preguntas que quisiera hacer a Dios cara a cara. Pero comprometer su vida, hábitos, pensamientos, metas, prioridades, todo, a un cierto grupo de creencias sin primero hacer preguntas y recibir respuestas, es edificar su vida sobre un fundamento frágil. Piense en esto: El riesgo que toma con Dios es aun mayor que confiar su vida física a un curandero. Después de todo, Jesús insiste que Él es la única respuesta verdadera para todo el propósito de su vida y destino eterno. Algunos creyentes piensan que los no cristianos que cuestionan a Jesús son malos; y que los cristianos que piden explicaciones no son espirituales. Sin embargo, pienso que somos tontos en confiar en Dios a menos que podamos examinar y verificar totalmente sus afirmaciones.“

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