„Dios sonríe cuando lo amamos por encima de todo. Noé amó a Dios más que a nada en el mundo, ¡incluso cuando nadie más lo amaba! La Escritura afirma que «durante toda su vida Noé cumplió fielmente la voluntad de Dios y disfrutó una estrecha relación con Dios».3 Lo que Dios más desea es tener una relación de amor contigo. La verdad más asombrosa del universo es que nuestro Creador quiere estar en comunión con nosotros. Dios nos creó para amarnos, y anhela que nosotros también lo amemos. Él dice: «Porque más me deleito en la lealtad que en el sacrificio, y más en el conocimiento de Dios que en los holocaustos».4 ¿Sientes palpitar la pasión de Dios en este versículo? Él te ama de todo corazón y desea, en reciprocidad, que tú también lo ames. Como el anhelo de Dios es que lo conozcamos y pasemos tiempo con él, aprender a amarlo y ser amado por él debería ser el mayor objetivo de nuestra vida. No hay ninguna otra cosa que tenga tanta importancia. Jesús lo llamó el mandamiento más importante. Dijo: «Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente … Éste es el primero y el más importante de los mandamientos».5“

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