„Me tembló el alma. ¿Qué hacer, que podría hacer para triunfar, para tener dinero, mucho dinero?… Y no sabiendo si pudiera asesinar a alguien, si al menos hubiera tenido a algún pariente, rico, a quien asesinar y responderme, comprendí que nunca me resignaría a la vida penuriosa que sobrellevan naturalmente la mayoría de los hombres. De pronto se hizo tan evidente en mi conciencia la certeza de que ese anhelo de distinción me acompañaría por el mundo.“

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