„Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo tomaba en brazos, le compraba golosinas, libros para pintar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matarte. Después se ponía a llover y volvíamos tranquilamente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?“

— Roberto Bolaño

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„No podías saber cuanto se había cambiado hasta que intentabas regresar a casa.“
— Cassandra Clare
„No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. No duerme nadie. Hay un muerto en el cementerio más lejano que se queja tres años porque tiene un paisaje seco en la rodilla;“
— Federico García Lorca
„Ante todo nadie poseerá casa propia excepto en caso de absoluta necesidad.“
— Platón
„Nadie te hará daño nunca, hijo. Estoy aquí para protegerte. Por eso nací antes que tú y mis huesos se endurecieron primero que los tuyos.“
— Juan Rulfo
„Miró fijamente los instrumentos con el aire de quien intentara pasar de memoria de la escala Fahrenheit a la centígrada mientras la casa está en llamas.“
— Douglas Adams
„De qué sirve una casa si no se cuenta con un planeta tolerable donde situarla.“
— Henry David Thoreau
„Tenía tres sillas en mi casa; una para la soledad, dos para la amistad, tres para la compañía“
— Henry David Thoreau
„Yo, Quijano, seré paladín. Seré mi sueño. En esa vieja casa hay una adarga antigua y una hoja de Toledo y una lanza y los libros verdaderos que a mi brazo prometen la victoria.“
— Jorge Luis Borges
„Nadie es el mismo al empezar un libro que al terminarlo, sea como lector o como escritor.“
— Arturo Pérez-Reverte
„Tenemos Sabiduría Divina en el cuerpo mortal. Todo lo que hace daño al cuerpo, arruina la Casa del Eterno.“
— Paracelso