Página de inicio » Quote » Søren Kierkegaard » „La angustia es el vértigo de la libertad.“ „La angustia es el vértigo de la libertad.“ — Søren Kierkegaard Tags:angustialibertadvértigo Citas relacionadas „¿Qué es el vértigo? ¿El miedo a la caída? ¿Pero por qué también nos da vértigo en un mirador provisto de una valla segura? El vértigo significa que la profundidad que se abre ante nosotros nos atrae, nos escude, despierta en nosotros el deseo de caer, del cual nos defendemos espantados.“ — Milan Kundera „El vértigo es la perfección de la belleza“ — Enrique Bunbury „Cariño no estoy echo para ti si tienes vértigo“ — Kase-O „La angustia es el precio de ser uno mismo“ — Silvio Rodríguez „Aquel que quiere permanentemente «llegar más alto» tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo.“ — Milan Kundera „Pero el 2 no ha sido nunca un númeroes una angustia y su sombra…“ — Federico García Lorca „El hastío es un vértigo, pero un vértigo tranquilo, monótono; es la revelación de la insignificancia universal, es la certidumbre llevada hasta el estupor o hasta la suprema clarividencia de que no se puede, de que no se debe hacer nada en este mundo ni en el otro, que no existe ningún mundo que pueda convenirnos y satisfacernos.“ — Emil Cioran „En mi corazón hay una paz de angustia, y mi sosiego está hecho de resignación.“ — Fernando Pessoa „Cuanto mayor es la felicidad, mayor es la angustia que se siente.“ — Haruki Murakami „La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad.“ — Francis Bacon „A veces la poesía es el vértigo de los cuerpos y el vértigo de la dicha y el vértigo de la muerte;el paseo con los ojos cerrados al borde del despeñadero y la verbena en los jardines submarinos;la risa que incendia los preceptos y los santos mandamientos;el descenso de las palabras paracaidas sobre los arenales de la página;la desesperación que se embarca en un barco de papel y atraviesa,durante cuarenta noches y cuarenta días, el mar de la angustia nocturnay el pedregal de la angustia diurna;la idolatría al yo y la disipación del yo;la degollación de los epítetos, el entierro de los espejos;la recolección de los pronombres acabados de cortar en el jardín de Epicuro y en el de Netzahualcoyotl;el solo de flauta en la terraza de la memoria y el baile de llamas en la cueva del pensamiento;las migraciones de miríadas de verbos, alas y garras, semillas y manos;los substantivos óseos y llenos de raíces, plantados en las ondulaciones del lenguaje;el amor a lo nunca visto y el amor a lo nunca oído y el amor a lo nunca dicho:el amor al amor.“ — Octavio Paz