„La Torre fija en la retinade su ojo mental como un negro friso, y, de pronto, silencio;desaparecida la silueta, desaparecidos incluso los latidos de su propio corazón, mientras el caballetecedía más y más, iniciando su lenta danza final hacia las profundidades, desprendidos sus soportes,agarrada la mano al rocoso e iluminado borde de la condenación; y, tras él, el chico hablando desde muypor debajo, demasiado por debajo, interrumpió el horrible silencio.—Váyase, pues. Existen otrosmundos aparte de éste.“

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