„Aunque las cifras bailan según las distintas fuentes, los autores coinciden en señalar que el número de no-judíos muertos es superior al de los judíos, no obstante, se puede afirmar con rotundidad, y justicia, que el holocausto fue una persecución contra los judíos. Pero también perecieron católicos, cristianos, musulmanes… Frankl lo explicaba de una manera clara y concisa: «Como suelo decir: no todas las víctimas fueron judíos, pero todos los judíos fueron víctimas». No es lo mismo, por supuesto, ser católico que judío, sin embargo, en homenaje a todas las víctimas nos resultará fácil descubrir un punto de encuentro: ambos le rezamos al Dios de Abraham. Pues al Dios de Abraham, rico en misericordia, que devuelve bien por mal, humildemente le suplico que fecunde el bien que alimenta la lectura de este libro y se digne conceder una nueva primavera de paz a esta atribulada humanidad.“

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