„Podemos desarrollar la humildad de manera práctica: reconociendo nuestras debilidades, siendo tolerantes con las debilidades de otros, estando dispuestos a ser corregidos y destacando lo que hacen los demás. Pablo aconsejó: «Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás«.13 A los cristianos de Filipos les escribió: «Honren más a los demás que a ustedes. No se interesen solo en ustedes, sino interésense en la vida de los demás».14 La humildad no es pensar menos de ti mismo, sino pensar menos en ti mismo. Humildad es pensar más en los demás. Las personas humildes se interesan tanto en servir a otros que no piensan en sí mismas.“

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