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Relacionado con: acción
„Hay naturalezas puramente contemplativas, impropias totalmente para la acción, que, sin embargo, merced a un impulso misterioso y desconocido, actúan en ocasiones con rapidez de que se hubieran creído incapaces.El que, temeroso de que el portero le dé una noticia triste, se pasa una hora rondando su puerta sin atreverse a volver a casa; el que conserva quince días una carta sin abrirla o no se resigna hasta pasados seis meses a dar un paso necesario desde un año antes, llegan a sentirse alguna vez precipitados bruscamente a la acción por una fuerza irresistible, como la flecha de un arco. El moralista y el médico, que pretenden saberlo todo, no pueden explicarse de dónde les viene a las almas perezosas y voluptuosas tan súbita y loca energía, y cómo, incapaces de llevar a término lo más sencillo y necesario, hallan en determinado momento un valor de lujo para ejecutar los actos más absurdos y aun los más peligrosos.Un amigo mío, el más inofensivo soñador que haya existido jamás, prendió una vez fuego a un bosque, para ver, según decía, si el fuego se propagaba con tanta facilidad como suele afirmarse. Diez veces seguidas fracasó el experimento; pero a la undécima hubo de salir demasiado bien.Otro encenderá un cigarro junto a un barril de pólvora, para ver, para saber, para tentar al destino, para forzarse a una prueba de energía, para dárselas de jugador, para conocer los placeres de la ansiedad, por nada, por capricho, por falta de quehacer.Es una especie de energía que mana del aburrimiento y de la divagación; y aquéllos en quien tan francamente se manifiesta suelen ser, como dije, las criaturas más indolentes, las más soñadoras.“
„Todo organismo viviente se enfrenta a una alternativa constante: la de la vida o la muerte. La vida es un proceso de acción, autosustentadora y autogenerada. Si un organismo falla en la misma, muere; sus elementos químicos perduran, pero su vida termina. Es sólo el concepto de «vida» el que hace posible el concepto de «valor». Sólo para un ser viviente las cosas pueden resultar buenas o malas.“
„El hombre recibe un cuerpo, pero no el sustento para el mismo. Se le otorga una mente, pero no el contenido de la misma. Para vivir ha de actuar, pero antes de poder hacerlo debe saber la naturaleza y el proposito de su acción. No puede conseguir alimento sin conocimiento del mismo ni del modo de obtenerlo.“
„Si las acciones propias son honradas, uno no necesita la confianza de los demás, basta con la percepción racional de los otros. La persona que anhela un cheque moral en blanco de semejante género, lleva intenciones deshonestas, aunque no las exprese.“
„La fiesta del día de Acción de Gracias es una típica fiesta estadounidense… la opípara comida es un símbolo del hecho de que el consumo abundante es el resultado y el premio de la producción.“
„Un ser de conciencia volitiva no puede seguir una conducta automática. Necesita un código de valores para guiar sus acciones. El «valor» hay que ganarlo y conservarlo; la «virtud» es la acción por la que se gana y se conserva aquél. El «valor» presupone una respuesta a la pregunta: ¿Valor para quién y para qué? El «valor» presupone una norma, un propósito y la necesidad de actuar frente a una alternativa. Donde no hay alternativas no son posibles los valores.“
„Lo que uno siente hacia los muertos, pensó, se basa siempre en la imposibilidad de toda acción.“
„Un deseo presupone la posibilidad de la acción necesaria para su logro, Una acción presupone un objetivo digno de ser alcanzado.“
„¿Cuál es el principio básico, el esencial, el crucial, que diferencia libertad de esclavitud?. Es el principio de acción voluntaria frente a la coerción física u obligatoriedad.“
„No puede haber semejante cosa, en las leyes o en la moralidad: Acciones prohibidas a un individuo y permitidas a una muchedumbre.“
„La felicidad es un estado de alegría sin contradicciones. Es posible sólo para el hombre racional, el hombre que sólo desea objetivos racionales, sólo persigue valores racionales y sólo encuentra su alegría en acciones racionales.“
„Una moralidad mística hace imposible el emitir juicios morales. No puedes juzgar según un estándar incomprensible, sea Dios, la sociedad o cualquier cosa fuera de la razón. Cuando te dicen «No trate de entender qué es bueno, créalo», usted queda incapacitado para estimar cualquier valor, acción, persona o evento, o para hacer cualquier elección firme. » The journals of Ayn Rand.“
„No podía aparecer ahora ante ella con Lillian; no podía asumir el papel de esposo orgullosamente mostrado por su cónyuge. Hubiera preferido morir a cometer una acción así; pero estaba seguro de que acabaría cometiéndola.“
„Al igual que la supervivencia física del hombre depende de su propio esfuerzo, lo mismo es cierto para con su supervivencia psicológica. El Hombre se enfrenta a dos campos de acción interdependientes en los cuales se demanda de él un constante ejercicio creativo y de elección: El Mundo alrededor de él y su propia Alma (y al decir «Alma» quiero decir «Consciencia»). Lo mismo que debe producir los valores materiales que necesita para sostener su vida, igualmente debe adquirir los valores de carácter que hagan su vida digna de ser vivida. El Hombre nace sin conocimiento de ninguno de estos valores. Ha de descubrir ambos -y trasladarlos a la realidad- y sobrevivir al dar forma a el mundo y a sí mismo a la imagen de sus valores.“
„Si, antes de emprender alguna acción, tienes que obtener el permiso de la sociedad, no eres libre, te sea concedido ese permiso o no. Solamente un esclavo actúa bajo permiso. Un permiso no es un derecho.“
„Sabe que ha de actuar de un modo adecuado. Equivocarse en la acción significa peligro para su vida; equivocarse en la persona, ser malo, significa no estar en condiciones para la existencia.“
„Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada les importan esas acciones. ¿Por qué este señor nunca viene antes de que oscurezca?; ¿por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, los jueves?; ¿por qué camina siempre por callejuelas?; ¿por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a su casa?; ¿por qué mandará a comprar un cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene repleto de papel su escritorio?, etcétera, etcétera. Hay personas que, con tal de saber el secreto de tales enigmas, que les son por completo indiferentes, gastan más dinero, consumen más tiempo y se toman más trabajo de lo que se necesitaría para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba otro premio que la propia curiosidad. Seguirán a éste o aquél durante días enteros, se quedarán como centinelas largas horas en las esquinas, bajo los portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a los criados, emborracharán a los cocheros y a los lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero… ¿Y todo eso para qué? Para nada. Por el solo afán de ver, de saber y de penetrar en vidas ajenas. Pura comezón de murmurar. Y, con frecuencia, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descifrados estos enigmas, acarrean catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran placer de aquellos que lo han «descubierto todo», sin interés, por puro instinto. Es algo realmente triste.Ciertas personas son malas únicamente por necesidad de hablar. Su conversación, charla en el salón, diálogo en la antecámara, es como esas chimeneas que consumen rápidamente la leña, necesitan mucho combustible, y el combustible es el prójimo.“
„Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos que nada tienen que ver con ellas. (…) Existen seres que por saber el secreto de tales enigmas, que les son por lo demás perfectamente indiferentes, gastan más dinero, desperdician más tiempo, y se toman más trabajo, que costaría ejecutar diez buenas acciones; y todo ello lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba más paga que la curiosidad (…) ¿para qué? Para nada. Por encarnizamiento de ver, de saber vidas ajenas, por pura comezón de murmurar.“
„La vida empezó a hacerse dura para Marius. Comerse la ropa y el reloj no significaba nada. Se vio reducido a esa situación inexplicable que se llama comerse los codos, algo terrible que se traduce en días sin pan, noches sin sueños y sin luz, hogar sin fuego, semanas sin trabajo, porvenir sin esperanza; la levita rota en los codos, el sombrero viejo y raído, que hace reír a las jóvenes; la puerta cerrada de noche, porque no se paga a la patrona; la insolencia del portero y del bodegonero, la burla de los vecinos, las humillaciones, la dignidad ultrajada; el trabajo de cualquier clase, aceptado; los disgustos, la amargura, el abatimiento. Marius aprendió a devorarlo todo, y a no tener para devorar más que estas cosas. En ese momento de la existencia en que el hombre tiene necesidad de orgullo, porque tiene necesidad de amor, se vio despreciado, porque iba mal vestido, y se sintió ridículo, porque era pobre. A la edad en que la juventud hincha el corazón con imperial altivez, posó más de una vez los ojos en las botas agujereadas y conoció las injustas afrentas, el punzante bochorno de la miseria. Admirable y terrible prueba, de la cual los débiles salen infames y los fuertes, sublimes. Crisol donde el destino arroja a un hombre muchas veces, cuando quiere hacer de él un ser despreciable o un semidiós.Porque hay muchas acciones grandes en estas pequeñas luchas. El valor tenaz e ignorado, que se defiende palmo a palmo en la sombra, contra la fatal invasión de las necesidades y de la ignominia. Nobles y misteriosos triunfos que ninguna mirada ve, que ninguna fama recompensa, que ningún aplauso saluda. La vida, la desgracia, el aislamiento, el abandono, y la pobreza son campos de batalla que tienen sus héroes, héroes oscuros, es verdad, pero a veces más grandes que los héroes ilustres.Hay naturalezas firmes y raras, que han sido creadas así; la miseria, casi siempre madrastra, es algunas veces madre, la desnudez engendra en ocasiones el vigor del alma y del corazón; la miseria suele ser nodriza de la grandeza; la desgracia es una buena leche para los magnánimos.“
„Así, pues, el valor de todos los objetos que podemos obtener por medio de nuestras acciones es siempre condicionado. Los seres cuya existencia no descansa en nuestra voluntad, sino en la naturaleza, tienen, empero, si son seres irracionales, un valor meramente relativo, como medios, y por eso se llaman cosas; en cambio, los seres racionales llámanse personas porque su naturaleza los distingue ya como fines en sí mismos, esto es, como algo que no puede ser usado meramente como medio, y, por tanto, limita en ese sentido todo capricho (y es un objeto del respeto). Estos no son, pues, meros fines subjetivos, cuya existencia, como efecto de nuestra acción, tiene un valor para nosotros, sino que son fines objetivos, esto es, cosas cuya existencia es en sí misma un fin, y un fin tal, que en su lugar no puede ponerse ningún otro fin para el cual debieran ellas servir de medios, porque sin esto no hubiera posibilidad de hallar en parte alguna nada con valor absoluto; mas si todo valor fuere condicionado y, por tanto, contingente, no podría encontrarse para la razón ningún principio práctico supremo.“
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