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Relacionado con: adversario
„Los hombres generosos son siempre compasivos, cuando la desgracia de su adversario es mayor que su odio.“
„Sólo tengo dos adversarios, y no vencedores, porque con la constancia los sujeto, y son el tiempo y el espacio. El tercero, y el más terrible, es mi condición de hombre mortal.“
„La vida es una bufonada: esa disposición misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar de ella es un cierto conocimiento de uno mismo, que llega demasiado tarde, y una cosecha de remordimientos inextinguibles. Yo he luchado a brazo partido con la muerte. Es la disputa menos emocionante que podáis imaginar. Tiene lugar en una indiferencia impalpable, sin nada bajo los pies, sin nada alrededor, sin espectadores, sin clamor, sin gloria, sin el gran deseo de la victoria, sin el gran miedo de la derrota, en una atmósfera enfermiza de tibio escepticismo, sin demasiada fe en tu propio derecho, y todavía menos en el del adversario. Si tal es la forma de sabiduría última, entonces la vida es un enigma mayor de lo que la mayoría de nosotros cree.“
„Ningún enemigo puede permanecer durante tanto tiempo como el persistente adversario de las perturbaciones mentales, que carece de principio y de fin.“
„No se debe discutir con los adversarios; hay que atacarlos, callarlos a gritos o, si molestan demasiado, liquidarlos. El intelectual, moralmente remilgado, tal vez se escandalice de una cosa así. Pero las masas siempre están convencidas de que “el derecho está de parte del agresor activo”.“
„quien mata de lejos lo ignora todo sobre el acto de matar. Quien mata de lejos ninguna lección extrae de la vida ni de la muerte: ni arriesga, ni se mancha las manos de sangre, ni escucha la respiración del adversario, ni lee el espanto, el valor o la indiferencia en sus ojos. Quien mata de lejos no prueba su brazo ni su corazón ni su conciencia, ni crea fantasmas que luego acudirán de noche, puntuales a la cita, durante el resto de su vida. Quien mata de lejos es un bellaco que encomienda a otros la tarea sucia y terrible que le es propia. Quien mata de lejos es peor que los otros hombres, porque ignora la cólera, y el odio, y la venganza, y la pasión terrible de la carne y de la sangre en contacto con el acero; pero también ignora la piedad y el remordimiento. Por eso, quien mata de lejos no sabe lo que pierde.“
„Francisco Sforza tuvo siempre por adversario a los Bracceschi, y se vigilaron mutuamente; al fin, Francisco volvió sus miras hacia la Lombardía, y Braccio hacia la Iglesia y el reino de Nápoles.“
„Lo que también me parece interesante y durante mucho tiempo representó un problema para mí es que, una vez más, no encontramos simplemente en el plano del Estado socialista ese mismo funcionamiento del racismo, sino también en las diferentes formas de análisis o proyectos socialistas, a lo largo de todo el siglo XIX, y, me parece alrededor de esto: en el fondo, cada vez que un socialismo insistió, sobre todo, en la transformación y paso del Estado capitalista al Estado socialista (en otras palabras, cada vez que buscó el principio de la transformación en el nivel de los procesos económicos), no necesitó el racismo, al menos en lo inmediato. En cambio, en todos los momentos en que el socialismo se vio obligado a insistir en el problema de la lucha, la lucha contra el enemigo, la eliminación del adversario dentro mismo de la sociedad capitalista; cuando se trata por consiguiente, de pensar el enfrentamiento físico con el adversario de clase en la sociedad capitalista, el racismo resurgió, porque era la única manera que tenía un pensamiento socialista, que de todas formas estaba muy ligado al tema del biopoder, de pensar la razón de matar al adversario. Cuando se trata simplemente de eliminarlo económicamente, de hacerle perder sus privilegios, el racismo no hace falta. Pero desde el momento en que hay que pensar que vamos a estar frente a frente, y que será preciso combatirlo físicamente, arriesgar la vida y procurar matarlo, el racismo es necesario“
„obtuvieron una victoria moral: la victoria que convence al enemigo de la superioridad moral de su adversario y de su propia debilidad. La“
„No es prueba concluyente de la corrección de una doctrina el que sus adversarios utilicen a la policía, al verdugo y las hordas violentas en su contra. Pero es una prueba del hecho de que aquellos que recurren a la opresión violenta están, en su subconsciente, convencidos de lo insostenible de sus propias doctrinas.“
„El adversario al que se veía obligada a combatir no le parecía ya digno de la lucha ni de la victoria; no era una superior inteligencia la que desafiaba, sino la ineptitud; una gris extensión algodonosa, blanda y sin forma, que no ofrecía resistencia a nada ni a nadie…“
„A mediados de junio de 1936, la creciente degeneración del régimen parlamentario en España, y el vigor con que se preparaban sendas revoluciones comunistas y anarquistas, desencadenó un alzamiento militar que llevaba tiempo preparándose… En España estaba manifestándose una perfecta reproducción del período de Kerensky en Rusia… Ninguno de los dos bandos que conspiraban podía alegar, con justicia, títulos de legalidad… Muchas de las garantías corrientes en la sociedad civilizada habían sido liquidadas por la infiltración comunista en un decaído gobierno parlamentario. Se producían atentados por ambas partes, y la pestilencia revolucionaria llegó a un punto tal, que los comunistas no titubeaban en asesinar a sus adversarios políticos en las calles o en sacarles de sus lechos para darles muerte.“
„La libertad es y consiste en el gobierno del país por el país. Un gobierno libre en este sentido no necesita ejércitos poderosos, ni siquiera de un ejército débil para sustentarse. Pero no puede existir sin un ejército el gobierno que no es ejercido por el país. Este gobierno, en rigor, es un poder usurpado al país que no puede dejar de ser su antagonista, ya que no su adversario. Para someter a este adversario, el gobierno necesita de un ejército potente y permanente como una institución fundamental.“
„Este partido está pudriéndose por la inmensa gusanera de caciques y caciquillos. Tienen más que los monárquicos. En cada capital hay cincuenta que quieren imponer los caprichos de su vanidad y de su ambición a todos sus correligionarios… Y si nada más hubiera esos cincuenta, menos mal. Luego vienen los caciques de distrito y los de barrio… ¡Oh!! Esos vejestorios endiosados de Comité local y de barriada! ¡Papas rojos, que se creen infalibles e indiscutibles!Para hacer la revolución, lo primero, lo indispensable, sería degollarlos a todos. Si éstos trajeran la República, estaríamos peor que ahora. Sería cosa de emigrar. Suerte que no hay miedo a que la traigan. ¡Hay cada revolucionario que tiene un miedo feroz a la revolución!… Hubiera usted visto a algunos de ellos cuando la semana roja de Barcelona, cuando aquí se dijo que iba a estallar la huelga general, irse huyendo de Madrid como ratas… No sé qué diablos ocurría entonces, que a todos les salían negocios en provincias, o tenían por esas tierras de dios parientes enfermos de gravedad, que los llamaban… ¡Y para ver este espectáculo me vine yo de Santander e interrumpí mi veraneo!… Luego, son muchos los republicanos que no quieren que venga la República, porque no les conviene; van muy bien en el machito, haciendo la farsa de la oposición, sirviendo de comparsas en esta política repugnante, representando su papel de diputados o de concejales, u otros papeles peores.En este partido son muy pocos los directores que trabajan desinteresadamente por el ideal; la desorganización es indescriptible, no se puede imaginar; no hay espíritu de disciplina, ni siquiera instinto de conservación… Si no fuera porque veo esos caciquitos ir a su avío, sin saber disimularlo, creería que estaban locos. No se puede hacerlo peor para facilitar la victoria al adversario e imposibilitar la propia… Estoy harto de luchar sin esperanza de salvación entre tanta miseria. Así están disgregando la masa republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila… ¡Oh! Usted no puede darse idea de lo que aquí se persiguen unos odios a otros y unas vanidades a otras… ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos los medios, hasta la difamación y la calumnia!Ha habido día que pensé meterme en casa y no ocuparme de política. Pero lo he pensado mejor. Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España política. […] ¡Es por el socialismo por donde llega la aurora!“
„Adversario quieto, enemigo doblado.“
„Tengo por costumbre no insultar. Respetar a los adversarios engrandece las propias opiniones. En cambio el que disminuye al adversario, disminuye la importancia de su propia opinión ¿Qué gracia tendría tener la razón contra unos necios? lo grande es tener la razón contra gente seria, brillante, pero equivocada.“
„El guerrero es sabio. hace del escenario un santuario. cielo de discípulos, infierno de adversarios“
„Por encima del contacto sólo existe ya un único nivel de actividad, el último, y quisiera señalar, para hacerle justicia a Martin, que aquellos que sólo persiguen este último nivel son hombres míseros y primitivos que me recuerdan a los jugadores de fútbol de pueblo, que se precipitan irreflexivamente hacia la portería del adversario, olvidando que lo que conduce al gol (y a muchos goles más) no es la simple voluntad alocada de disparar, sino, ante todo, un juego preciso y honesto en el medio campo.“
„La envidia es el adversario de los más afortunados.“
„Nadie es totalmente bueno o malo; el guerrero piensa en esto cuando ve que tiene un nuevo adversario.“
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