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Relacionado con: ajeno
„No le doy ningún valor a mi vida, sólo a las vidas ajenas, y pese a ello amo la vida, pero la amo porque espero que me dé alguna ocasión para echarla decorosamente por la borda.“
„Se dice que los ladrones respetan la propiedad. Sólo desean que la ajena se convierta en propia para respetarla mejor.“
„Hacen bien, ¡qué diablos! La física sirve para muchas cosas, mientras que la filosofía no sirve para nada. Ya lo dijo conste, un filósofo, el patrón de los filósofos, Aristóteles. Precisamente por eso soy yo filósofo: porque o sirve para nada serlo. La notoria inutilidad de la filosofía es acaso el síntoma más favorable para que veamos en ella el verdadero conocimiento. Una cosa que sirve es una cosa que sirve para otra, y en esa medida es servil. La filosofía, que es la vida auténtica, la vida poseyéndose a sí misma, no es útil para nada ajeno a ella misma. En ella, el hombre es solo siervo de sí mismo, lo cual quiere decir que solo en ella el hombre es señor de sí mismo. Mas, por supuesto, la cosa no tiene importancia. Queda usted en entera libertad de elegir entre estas dos cosas: o ser filósofo o ser sonámbulo.“
„Condenando el parasitismo de la Nobleza inglesa y la naciente clase capitalista, Moro describió a los propietarios de profesión, “como los zánganos, viven del trabajo ajeno”, concretamente del trabajo vivo de los inquilinos, a los que “mondan hasta la carne viva”.“
„Es dado al hombre, señor, atacar los derechos ajenos, apoderarse de sus bienes, atentar contra la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer de sus virtudes un crimen y de los vicios propios una virtud; pero hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad y es el fallo tremendo de la historia. Ella nos juzgará.“
„Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.“
„La fe en lo sobrenatural empieza como fe en la superioridad ajena. Su rendición cobró la forma de un asentimiento que le obligaba a ocultar su falta de comprensión, a pensar que otros poseen cierto misterioso conocimiento de que él esta privado, que la realidad es aquello que los quieren que sea, gracias a un medio que a él siempre le será negado.“
„Pero cuanto mayor fuera su honrradez, mayor también sería el fraude que se le exigiera sufrir en manos ajenas.“
„Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos a quienes nada les importan esas acciones. ¿Por qué este señor nunca viene antes de que oscurezca?; ¿por qué este otro no cuelga la llave en su respectivo clavo de la portería, los jueves?; ¿por qué camina siempre por callejuelas?; ¿por qué la señora desciende siempre del coche de alquiler antes de llegar a su casa?; ¿por qué mandará a comprar un cuadernillo de papel de cartas, cuando tiene repleto de papel su escritorio?, etcétera, etcétera. Hay personas que, con tal de saber el secreto de tales enigmas, que les son por completo indiferentes, gastan más dinero, consumen más tiempo y se toman más trabajo de lo que se necesitaría para ejecutar diez buenas acciones; y lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba otro premio que la propia curiosidad. Seguirán a éste o aquél durante días enteros, se quedarán como centinelas largas horas en las esquinas, bajo los portales, de noche, con frío y con lluvia, corromperán a los criados, emborracharán a los cocheros y a los lacayos, comprarán a la doncella, sobornarán a un portero… ¿Y todo eso para qué? Para nada. Por el solo afán de ver, de saber y de penetrar en vidas ajenas. Pura comezón de murmurar. Y, con frecuencia, una vez conocidos estos secretos, publicados estos misterios, descifrados estos enigmas, acarrean catástrofes, duelos, quiebras, ruinas de familias, existencias amargadas, con gran placer de aquellos que lo han «descubierto todo», sin interés, por puro instinto. Es algo realmente triste.Ciertas personas son malas únicamente por necesidad de hablar. Su conversación, charla en el salón, diálogo en la antecámara, es como esas chimeneas que consumen rápidamente la leña, necesitan mucho combustible, y el combustible es el prójimo.“
„Nadie mejor para espiar las acciones de los demás que aquellos que nada tienen que ver con ellas. (…) Existen seres que por saber el secreto de tales enigmas, que les son por lo demás perfectamente indiferentes, gastan más dinero, desperdician más tiempo, y se toman más trabajo, que costaría ejecutar diez buenas acciones; y todo ello lo hacen gratuitamente, por placer, sin que su curiosidad reciba más paga que la curiosidad (…) ¿para qué? Para nada. Por encarnizamiento de ver, de saber vidas ajenas, por pura comezón de murmurar.“
„La Ilustración significa el movimiento del hombre al salir de una puerilidad mental de la que él mismo es culpable. Puerilidad es la incapacidad de usar la propia razón sin la guía de otra persona. Esta puerilidad es culpable cuando su causa no es la falta de inteligencia, sino la falta de decisión o de valor para pensar sin ayuda ajena. Sapere aude es, por consiguiente, el lema de la Ilustración.“
„El ser humano, considerado como persona, está situado por encima de cualquier precio, porque, como tal, no puede valorarse solo como medio para fines ajenos, incluso para sus propios fines, sino como fin en sí mismo; es decir, posee una dignidad (un valor interno absoluto), gracias a la cual infunde respeto a todos los demás seres racionales del mundo, puede medirse con cualquier otro de esta clase y valorarse en pie de igualdad.“
„La perfección de la propia conducta estriba en mantener cada cual su dignidad sin perjudicar la libertad ajena.“
„Todo lo que permanezca ajeno al hombre es como si no existiera para él, mas no por ello deja de existir para los demás.“
„La vida es un espejo donde se refleja lo que el ser piensa y hace, o lo que los pensamientos propios o ajenos le llevan a hacer.“
„un agente de seguros. Qué horrible profesión: alimentar a tu familia de la paranoia ajena.“
„Uno sabe que tiene madera de villano cuando descubre en cada límite ajeno un desafío propio.“
„El amor es una apuesta, insensata, por la libertad. No la mía, la ajena.“
„La soledad, el sentirse y el saberse solo, desprendido del mundo y ajeno a sí mismo, separado de sí, no es característica exclusiva del mexicano. Todos los hombres, en algún momento de su vida, se sienten solos; y más: todos los hornbres están solos. Vivir, es separarnos del que fuimos para internarnos en el que vamos a ser, futuro extraño siempre. La soledad es eI fondo último de la condición humana. El hombre es el único ser que se siente solo y el único que es búsqueda de otro. Su naturaleza, si se puede hablar de naturaleza al referirse al hombre, el ser que, precisamente, se ha inventado a sí rnismo al decirle “no” a la naturaleza— consiste en un aspirar a realizarse en otro. El hombre es nostalgia y búsqueda de comunión. Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente como carencia de otro, como soledad.Uno con eI mundo que lo rodea, el feto es vida pura y en bruto, fluir ignorante de sí. Al nacer, rompemos los Iazos que nos unen a Ia vida ciega que vivimos en el vientre materno, en donde no hay pausa entre deseo y satisfacción.“
„La desconfianza, el disimulo, la reserva cortés que cierra el paso al extraño, la ironía, todas, en fin, las oscilaciones psíquicas con que al eludir la mirada ajena nos eludimos a nosotros mismos, son rasgos de gente dominada, que teme y que finge frente al señor. Es revelador que nuestra intimidad jamás aflore de manera natural sin el acicate de la fiesta, el alcohol o la muerte. […] Para salir de sí mismo el siervo necesita saltar barreras, embriagarse, olvidar su condición. Vivir a solas, sin testigos. Solamente en la soledad se atreve a ser.“
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