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aprobación
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„Lo que no es moralmente admisible es la aprobación jurídica de la práctica homosexual. […] [S]e ha querido legitimar un desorden moral. […] [Se] ha conferido indebidamente un valor institucional a comportamientos desviados, no conformes al plan de Dios: existen las debilidades ―lo sabemos―, pero el Parlamento [europeo], al hacer esto, ha secundado las debilidades del hombre.“
„Elogie el más pequeño progreso y cada progreso. Se caluroso en tu aprobación y generoso en tus elogios.“
„Ni un solo instante apartó la mirada de Daisy; creo que revalorizaba todo cuanto había en su casa, de acuerdo con la medida de aprobación que leía en sus adorables pupilas. A veces miraba sus posesiones asombrado, como si en la real y sorprendente presencia de Daisy, nada fuera ya real.“
„Puse el papel ante Stalin, a quien ya se le había entregado la traducción. Hubo un instante de espera. Después tomó su lápiz azul, escribió con grueso trazo su señal de aprobación y me lo devolvió. Todo quedó arreglado en menos tiempo que dura el escribirlo. Se hizo un largo silencio. El papel rayado en azul permanecía en el centro de la mesa. Finalmente, dije yo: ¿No encontrarán un poco cínico que tengamos aspecto de haber arreglado esos problemas, de los que depende la suerte de millones de seres, de una manera tan audaz? Quememos ese papel. -No, guardadlo, repuso Stalin.“
„En cuanto al fin que nos proponen Plinio y Cicerón, la gloria, estoy muy lejos de tenerla en cuenta. La inclinación más contraria al retiro es la ambición. La gloria y el reposo no pueden alojarse en el mismo albergue. Por lo que veo, estos sólo tienen los brazos y las piernas fuera de la multitud; su alma y su intención continúan, más que nunca, atadas a ella: b | Tun’ uetule auriculis alienis colligis escas? [Entonces, viejo, ¿trabajas sólo para alimentar los oídos ajenos? ] a | Se han echado atrás solo para saltar mejor, y para, con un movimiento más fuerte, penetrar más vivamente en la muchedumbre. ¿Queréis ver cómo se quedan cortos por un pelo?Comparemos las opiniones de dos filósofos [Epicuro y Séneca], y de dos escuelas muy diferentes, uno escribiendo a Idomeneo, otro a Lucillo, amigos suyos, para apartarlos de la administración de los negocios y de las grandezas, y dirigirlos hacia la soledad. Hasta ahora has vivido —dicen— nadando y flotando; ven a morir al puerto. Has entregado el resto de tu vida a la luz, entrega esta parte a la sombra. Es imposible abandonar las tareas si no renuncias a su fruto; así pues, deshazte de toda preocupación por el nombre y por la gloria. Existe el peligro de que el brillo de tus acciones pasadas te ilumine en exceso, y te siga hasta el interior de tu guarida. Abandona, junto a los demás placeres, el que brinda la aprobación ajena; y, en cuanto a tu ciencia y capacidad, no te importe: no perderán su eficacia porque tú valgas más que ellas. Acuérdate de aquel que, cuando le preguntaron para qué se esforzaba tanto en un arte que no podía ser conocido por mucha gente, respondió: «Me basta con pocos, me basta con uno, me basta con ninguno». Tenía razón. Tú y un compañero sois teatro de sobra suficiente el uno para el otro, o tú para ti mismo. Que el pueblo sea para ti uno solo, y que uno solo sea para ti todo el pueblo. Es una ambición cobarde pretender obtener gloria de la ociosidad y del ocultamiento. Tenemos que hacer como los animales, que borran su rastro a la entrada de su guarida. No has de buscar más que el mundo hable de ti, sino cómo has de hablarte a ti mismo. Retírate en tu interior, pero primero prepárate para acogerte; sería una locura confiarte a ti mismo si no te sabes gobernar. Uno puede equivocarse tanto en la soledad como en la compañía. Hasta que no te hayas vuelto tal que no oses tropezar ante ti, y hasta que no sientas vergüenza y respeto por ti mismo, c | obuersentur species honestae animo [que se ofrezcan imágenes honestas al espíritu], a | represéntate siempre en la imaginación a Catón, Foción y Aristides, ante los cuales aun los locos ocultarían sus faltas, y establécelos como censores de todas tus intenciones. Si estas se desvían, la reverencia por ellos te devolverá al camino. Te retendrán en la vía de contentarte contigo mismo, de no tomar nada en préstamo sino de ti, de detener y fijar el alma en unos pensamientos definidos y limitados donde pueda complacerse; y, tras haber entendido los verdaderos bienes, que se gozan a medida que se entienden, de contentarse con ellos, sin ansias de prolongar la vida ni el nombre. Este es el consejo de la verdadera y genuina filosofía, no de una filosofía ostentosa y verbal, como es la de los dos primeros.“
„A Leopoldo LugonesLos rumores de la plaza quedan atrás y entro en la Biblioteca. De una manera casi física siento la gravitación de los libros, el ámbito sereno de un orden, el tiempo disecado y conservado mágicamente. A izquierda y a derecha, absortos en su lúcido sueño, se perfilan los rostros momentáneos de los lectores, a la luz de las lámparas estudiosas, como en la hipálage de Milton. Recuerdo haber recordado ya esa figura, en este lugar, y después aquel otro epíteto que también define por el contorno, el árido camello del Lunario, y después aquel hexámetro de la Eneida, que maneja y supera el mismo artificio:Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría.En este punto se deshace mi sueño, como el agua en el agua. La vasta biblioteca que me rodea está en la calle México, no en la calle Rodríguez Peña, y usted, Lugones, se mató a principios del treinta y ocho. Mi vanidad y mi nostalgia han armado una escena imposible. Así será (me digo) pero mañana yo también habré muerto y se confundirán nuestros tiempos y la cronología se perderá en un orbe de símbolos y de algún modo será justo afirmar que yo le he traído este libro y que usted lo ha aceptado.“
„La clase de aprobación que, según Elinor, despertaban en él los dibujos de otras personas estaba muy lejos del extasiado deleite que, en su opinión, era exclusivo merecedor de ser llamado gusto.“
„¡Gustarme! -replicó la madre, con una sonrisa- No puedo abrigar ningún sentimiento de aprobación inferior al amor.“
„Al fin de tu vida en la tierra serás evaluado y recompensado de acuerdo con la manera en que uses lo que Dios te confió. Eso significa todo lo que hagas. Hasta las tareas más simples tienen repercusión eterna. Si todo lo tratas como un encargo, con responsabilidad, Dios promete tres recompensas en la eternidad. La primera, Dios te dará su aprobación y te dirá: «¡Buen trabajo, bien hecho!». Segundo, se te dará un ascenso y una responsabilidad mayor en la eternidad: «Te pondré a cargo de muchas cosas». Entonces serás honrado con un festejo: «Ven y comparte la felicidad del Maestro». Mucha gente no logra darse cuenta de que el dinero es ambas cosas, tanto una prueba como un fideicomiso de Dios. Dios usa las finanzas para enseñarnos a confiar en él, y para mucha gente, el dinero es la prueba más grande de todas. Dios observa cómo lo usamos para probar qué tan confiables somos. La Biblia dice: «Si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?».11“