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„la furgoneta, al otro lado de la cual podía ver a la mujer del cabello plateado sentada en el asiento trasero del“
„The Story Of Us» es una canción que escribí sobre una situación incómoda donde, bueno… Permitidme un prefacio diciendo que me he encontrado a mis ex en lugares extraños últimamente. Ésta trata sobre una de esas situaciones donde el lugar extraño donde me lo encontré fue en una entrega de premios. Estaba sentada un par de asientos a distancia de él y había mucho que decir, pero ninguno de los dos estábamos dispuestos a decirlo. Los dos actuábamos como si estuvieramos comprometidos en conversaciones con gente que ni siquiera conocíamos. Fue simplemente miserable. Se lo conté a mi madre más tarde, y dije que me sentía como si estuviera sola en una habitación llena de gente. Y entonces estaba como, «Me tengo que ir. ¡Adiós!» Y mi madre está acostrumbrada a este punto, que es de lo que trata la canción.“
„«No necesito amigos que cambian cuando yo cambio, y asienten cuando yo asiento. Mi sombra lo hace mucho mejor».“
„Nos cuenta Sexto Empírico que Epicuro, siendo niño, mientras leía con su preceptor estos versos de Hesíodo: «El más antiguo de los seres, el caos, surgió primero; luego, la inmensa tierra, asiento de todo.“
„Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca, dejé de pensar en toda forma de ataque. Quedó resuelto que no le hablaría jamás de Inés ni del pasado y que, en silencio, yo mantendría todo aquello viviente dentro de mí. Nada más que esto hago, casi todas las tardes, frente a Roberto y las caras familiares del café. Mi odio se conservará cálido y nuevo mientras pueda seguir viviendo y escuchando a Roberto; nadie sabe de mi venganza, pero la vivo, gozosa y enfurecida, un día y otro. Hablo con él, sonrío, fumo, tomo café. Todo el tiempo pensando en Bob, en su pureza, su fe, en la audacia de sus pasados sueños. Pensando en el Bob que amaba la música, en el Bob que planeaba ennoblecer la vida de los hombres construyendo una ciudad de enceguecedora belleza para cinco millones de habitantes, a lo largo de la costa del río; el Bob que no podía mentir nunca; el Bob que proclamaba la lucha de los jóvenes contra los viejos, el Bob dueño del futuro y del mundo. Pensando minucioso y plácido en todo eso frente al hombre de dedos sucios de tabaco llamado Roberto, que lleva una vida grotesca, trabajando en cualquier hedionda oficina, casado con una mujer a quien nombra “mi señora”; el hombre que se pasa estos largos domingos hundido en el asiento del café, examinando diarios y jugando a las carreras por teléfono.Nadie amó a mujer alguna con la fuerza con que yo amo su ruindad, su definitiva manera de estar hundido en la sucia vida de los hombres. Nadie se arrobó de amor como yo lo hago ante sus fugaces sobresaltos, los proyectos sin convicción que un destruido y lejano Bob le dicta algunas veces y que sólo sirven para que mida con exactitud hasta donde está emporcado para siempre.No sé si nunca en el pasado he dado la bienvenida a Inés con tanta alegría y amor como diariamente le doy la bienvenida a Bob al tenebroso y maloliente mundo de los adultos. Es todavía un recién llegado y de vez en cuando sufre sus crisis de nostalgia. Lo he visto lloroso y borracho, insultándose y jurando el inminente regreso a los días de Bob. Puedo asegurar que entonces mi corazón desborda de amor y se hace sensible y cariñoso como el de una madre. En el fondo sé que no se irá nunca porque no tiene sitio donde ir; pero me hago delicado y paciente y trato de conformarlo. Como ese puñado de tierra natal, o esas fotografías de calles y monumentos, o las canciones que gustan traer consigo los inmigrantes, voy construyendo para él planes, creencias y mañanas distintos que tienen luz y el sabor del país de juventud de donde él llegó hace un tiempo. Y él acepta; protesta siempre para que yo redoble mis promesas, pero termina por decir que sí, acaba por muequear una sonrisa creyendo que algún día habrá de regresar al mundo de las horas de Bob y queda en paz en medio de sus treinta años, moviéndose sin disgusto ni tropiezo entre los cadáveres pavorosos de las antiguas ambiciones, las formas repulsivas de los sueños que se fueron gastando bajo la presión distraída y constante de tantos miles de pies inevitables.“
„Dios (Una comedia)LORENZO: Yo escribí que un numeroso grupo de personas de Brooklyn, Queens, Manhattan y Long Islan van al Golden Theater para ver una obra. Y ahí están.DORIS (señalando al público): ¿Quieres decir que son ficticios también? (Lorenzo Asiente.) ¿No son libres de hacer lo que les venga en gana?LORENZO: Ellos creen que lo son, pero siempre hacen lo que está previsto.“
„Su primera reacción es moverse y entonces los disparos se van fuera y saltando al asiento trasero. Tenía miedo todo el tiempo. ¿No te voy a decir que nadie no tiene miedo en esa situación?. Es un golpe, hombre. Supone que tienes que morir en esa situación. Ellos no juegan.“
„¿Te acuerdas de la María Fernanda? Asiente Raposo, guasón. —Nos acordamos yo y media España.“
„En aquella ciudad, donde a menudo lo ilegal es convención social y forma de vida –es herencia de familia, dice un corrido famoso, trabajar contra la ley–, Teresa Mendoza fue durante algún tiempo una de esas jóvenes, hasta que cierta ranchera Bronco negra se detuvo a su lado, y Raimundo Dávila Parra bajó el cristal tintado de la ventanilla y se la quedo mirando desde el asiento del conductor. (p. 26 en LA REINA DEL SUR)“
„Sobre el cimiento de la necedad no asienta edificio ningún discreto.“
„Para nuestro siguiente número me gustaría pedir vuestra ayuda: la gente de los asientos más baratos debe dar palmas, y el resto de ustedes puede simplemente sacudir sus joyas.“
„¿Está bien?Asiente con la cabeza y miente.—Sí.“
„Un asiento, dos hombres, una breve discusión y yo.A veces me mata ver cómo muere la gente.“
„Damas de noche, que en el asiento de atrás de un coche no preguntaban si las querías.“
„No es la mentira que pasa por la mente, sino la mentira que se hunde y se asienta en ella, lo que hace daño.“
„Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio.“
„Fue en esos dos asientos pequeños, uno frente a otro, que siempre son los últimos que quedan libres en el tren. Iba a Nueva York a ver a mi hermana y a pasar la noche. Tom iba vestido de etiqueta, con zapatos de charol, y yo no podía quitarle los ojos de encima, pero, si él me miraba, fingía leer el anuncio que había más arriba de su cabeza. Cuando llegamos a la estación, lo sentí cerca, y la pechera blanca de su camisa me oprimía el brazo, así que le dije que iba a llamar a un policía, pero él sabía que no era verdad. Yo estaba tan excitada cuando me subí con él al taxi que apenas si me di cuenta de que no tomaba el metro. Lo único que pensaba, una y otra vez, era: «No vas a vivir eternamente; no vas a vivir eternamente».“
„Por alguna razón, cuando uno se sienta en el sillón de un despacho, al otro lado de la mesa o en el asiento del conductor de autobús, o cuando sencillamente se preuba uno la gorra de un policía o sujeta el cuchillo de un carnicero, se siente por un segundo como si fuera esa persona, como si pudiera ser ese otro durante toda una vida. Así es como me siento, sentado en la cama, pensado qué clase de vida es ésta. Cuando el viejo sale del baño, la cama, la habitación, todo vuelve alrededor, vuelve a ser suyo.“
„Soñé que la Tierra se acababa. Y que el único ser humano que contemplaba el final era Franz Kafka. En el cielo los Titanes luchaban a muerte. Desde un asiento de hierro forjado del parque de Nueva York Kafka veía arder el mundo.“
„que el régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época, y que, por tanto, toda la historia de la sociedad -una vez disuelto el primitivo régimen de comunidad del suelo- es una historia de luchas de clases, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las diferentes fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase explotada y oprimida -el proletariado- no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime -de la burguesía- sin emancipar para siempre a la sociedad entera de la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea cardinal fue fruto personal y exclusivo de Marx.“
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