„Quiero decir esto a cada hombre que tenga una mente, a todas las formas de vida inteligentes que existen en este planeta Tierra. Me gustaría que los británicos dijeran esto a los ritos escoceses y a los masones y a todas las personas con mentes que tienen grados de conocimiento y que conocen los tribunales, las leyes, las Naciones Unidas y los gobiernos.En los años 40, tuvimos una guerra, y todas nuestras economías se dirigieron hacia este esfuerzo de guerra. La guerra terminó en un nivel, pero no dejamos que terminara en los otros niveles. Seguimos comprando y vendiendo esta guerra. No estoy encerrado en la penitenciaría por delitos, estoy encerrado en la Segunda Guerra Mundial. Estoy encerrado en la Segunda Guerra Mundial con esta decisión de traer a la Corte Mundial: debe haber una Corte Mundial Única, o todos seremos devorados por el crimen.El crimen, y la definición de crimen proviene de Nuremberg, cuando los jueces decidieron que querían llamar crimen a la Segunda Guerra Mundial. El honor y la guerra no son un crimen. El crimen es malo. Cuando vas a la guerra y eres un soldado, y luchas por tu Dios y tu país, eso no es criminal. Eso es honorable Eso es lo que debes hacer para ser un hombre. Si no luchas por tu Dios y tu país, no vales nada. Si no tienes honor, entonces no valdrás los cerdos mezquinos.La verdad es que tenemos que anular esta decisión que tomó en la Segunda Guerra Mundial, o la Segunda Guerra Mundial nunca terminará. Los grados de la guerra se escribieron en Suiza, en Ginebra, en las conferencias que hicieron los hombres en las mesas, establecieron claramente que a cualquier uniformado se le daría el respeto de su rango y sus uniformes. Luego, cuando Estados Unidos y todos los alemanes estaban esposados, comenzaron a romper sus propias reglas. Y han estado rompiendo sus propias reglas desde entonces. La guerra no es un crimen, pero si juzga la guerra como un crimen en una sala de la corte, entonces gire: Si 2 + 3 = 5, y 3 + 2 = 5; Si dices que la guerra es un crimen, entonces el crimen se convierte en tu guerra. Soy, en todos los aspectos, un prisionero de guerra.He sido prisionero de guerra desde 1944 en Juvenile Hall, por incendiar un edificio escolar en Indianápolis, Indiana. He estado encerrado 45 años tratando de averiguar por qué tengo que ser un criminal. No importa si quiero ser; tienes que mantener a los criminales para continuar la guerra porque esa es tu economía, toda tu economía se basa en la guerra. Tienes que sacar tus billetes de dólar de la guerra, tienes tu mercado de plata esterlina fuera de la guerra, tienes que sacar tu oro y tus diamantes de la guerra – Tienes que anular esa decisión , que colgaban 6000 hombres por el cuello.Mataste a 6000 soldados por obedecer órdenes. Está incorrecto. Y el mundo tiene que aceptar que está mal. Cuando aceptes que estás equivocado, y dices que te arrepientes de todas las cosas que has hecho, esa será una nota en esa cancha y ahora tendremos algo de armonía en este planeta Tierra.“
„¿Qué ha sido esa vergonzosa exhibición? —me preguntó Wilem cuando Marea se hubo marchado.—¿Cómo dices?—¿Cómo dices? —repitió imitando mi tono de voz—. ¿Cómo te atreves a fingir siquiera que eres tan imbécil? Si una chica tan guapa como esa me mirara con un solo ojo de la forma en que te ha mirado a ti con los dos… Ya habríamos encontrado una habitación, por expresarlo de forma educada.—Ha sido simpática —protesté—. Y hemos hablado un rato. Me ha preguntado si querría enseñarle algunos acordes de arpa, pero hace mucho tiempo que no toco el arpa.—Pues si sigues pasando por alto insinuaciones como esa, seguirás sin tocarla mucho tiempo —repuso Wilem con franqueza—. Lo único que ha faltado ha sido que se desabrochara otro botón.Sim se inclinó hacia mí y apoyó una mano en mi hombro; era la viva imagen del amigo preocupado.—Kvothe, hace tiempo que quiero hablar contigo de este problema. Si de verdad no te has dado cuenta de que esa chica se interesaba por ti, quizá tengas que admitir la posibilidad de que seas absolutamente inepto en lo relativo a las mujeres. Quizá debas plantearte el sacerdocio.—Estáis borrachos —dije para disimular mi rubor—. ¿Os habéis quedado con que es la hija de un concejal?—¿Te has quedado —replicó Wil en el mismo tono— con cómo te miraba?Yo sabía que era deplorablemente inexperto con las mujeres, pero no tenía por qué reconocerlo. Así que descarté sus comentarios con un ademán y bajé del taburete.—No sé, pero dudo que un revolcón detrás de la barra fuera en lo que estaba pensando esa chica. —Bebí un sorbo de agua y me alisé la capa—. Bueno, tengo que encontrar a mi Aloine y darle las gracias. ¿Qué aspecto tengo?—¿Qué más da? —dijo Wilem.Simmon le tocó el codo a Wilem.—¿No lo ves? Va detrás de una presa más peligrosa que la escotada hija de un concejal.“