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„Aún te amo, no sé si por idiota o por romántico, no sé si por novato, o por nostálgico“
„En persona, Anubis era si cabe más guapo aún, guapo de caerse muerta. [Ah… ja, ja. No había pillado el chiste, pero gracias, Carter. Dios de los muertos, guapo de caerse muerta. Si, me parto de la risa. ¿Puedo seguir, por favor? ]“
„Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.“
„La educación y la crianza —contesté—; porque si con una buena educación llegan a ser hombres discretos percibirán fácilmente todas estas cosas y aún muchas más que ahora pasamos por alto, como lo de que la posesión de las mujeres, los matrimonios y la procreación de los hijos deben, conforme al proverbio, ser todos comunes entre amigos en el mayor grado posible.“
„«Poderoso Júpiter, dadnos bienes; ya te los pidamos o no, y aleja de nosotros los males, aun cuando te los pidamos.»“
„«A los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno.»“
„Blanca, en cambio, se había acostumbrado a vivir sola. Terminó por encontrar pazen sus quehaceres de la gran casa, en su taller de cerámica y en sus Nacimientos deanimales inventados, donde lo único que correspondía a las leyes de la biología era laSagrada Familia perdida en una multitud de monstruos. El único hombre de su vida eraPedro Tercero, pues tenía vocación para un solo amor. La fuerza de eseinconmovible sentimiento la salvó de la mediocridad y de la tristeza de su destino.Permanecía fiel aun en los momentos en que él se perdía detrás de algunas ninfas depelo lacio y huesos largos, sin amarlo menos por ello. Al principio creía morir cada vezque se alejaba, pero pronto se dio cuenta de que sus ausencias duraban lo que unsuspiro y que invariablemente regresaba más enamorado y más dulce. Blanca preferíaesos encuentros furtivos con su amante en hoteles de cita, a la rutina de una vida encomún, al cansancio de un matrimonio y a la pesadumbre de envejecer juntoscompartiendo las penurias de fin de mes, el mal olor en la boca al despertar, el tediode los domingos y los achaques de la edad. Era una romántica incurable. Alguna veztuvo la tentación de tomar su maleta de payaso y lo que quedaba de las joyas delcalcetín, e irse con su hija a vivir con él, pero siempre se acobardaba. Tal vez temíaque ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a lamás terrible de todas: la convivencia. Alba estaba creciendo muy rápido y comprendíaque no le iba a durar mucho el buen pretexto de velar por su hija para postergar lasexigencias de su amante, pero prefería siempre dejar la decisión para más adelante.En realidad, tanto como temía la rutina, la horrorizaba el estilo de vida de PedroTercero, su modesta casita de tablas y calaminas en una población obrera, entrecientos de otras tan pobres como la suya, con piso de tierra apisonada, sin agua y conun solo bombillo colgando del techo. Por ella, él salió de la población y se mudó a undepartamento en el centro, ascendiendo así, sin proponérselo, a una clase media a lacual nunca tuvo aspiración de pertenecer. Pero tampoco eso fue suficiente para Blanca.El departamento le pareció sórdido, oscuro, estrecho y el edificio promiscuo. Decía queno podía permitir que Alba creciera allí, jugando con otros niños en la calle y en lasescaleras, educándose en una escuela pública. Así se le pasó la juventud y entró en lamadurez, resignada a que los únicos momentos de placer eran cuando salíadisimuladamente con su mejor ropa, su perfume y las enaguas de mujerzuela que aPedro Tercero cautivaban y que ella escondía, arrebolada de vergüenza, en lo mássecreto de su ropero, pensando en las explicaciones que tendría que dar si alguien lasdescubría. Esa mujer práctica y terrenal para todos los aspectos de la existencia,sublimó su pasión de infancia, viviéndola trágicamente. La alimentó de fantasías, la idealizó, la defendió con fiereza, la depuró de las verdades prosaicas y pudo convertirlaen un amor de novela.“
„y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno.“
„La honradez es siempre digna de elogio, aún cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.“
„Soy demasiado feliz, y, sin embargo, aún no lo soy tanto como quisiera serlo. La felicidad de mi alma aniquila mi cuerpo, y, no obstante, no le basta con lo que tiene…“
„Si todo lo demás pereciera, y él permanecía, yo aún debería seguir existiendo; y si todo lo demás quedara, y él fuera aniquilado, el universo se convertiría en un extraño desconocido.“
„A mi espalda, brillaba aún el sol y ante mí se levantaba la luna.“
„No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, él mío. Y la peor parte me toca a mí, porque aún tengo fortaleza. ¿Crees que me apetece vivir? ¿Qué clase de vida podrá ser la mía cuando tú…? ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?“
„Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo; todo lo que existe y tal como existe le parece que se explica por sí solo, porque su inteligencia no ha rebasado aún la misión primitiva de servir a la voluntad en calidad de mediadora de motivos.“
„Se prohíbe recompensar al delator y al traidor, por más que agrade la traición y aún cuando haya justos motivos para agradecer la delación.“
„Yo creo que el que tiene una utopía debe vivir corrigiéndola, debe mirar cada tanto las estrellas para ver si no está siguiendo una equivocada, o mejor todavía, para ver si la estrella no se movió un poco y ahora hay que seguirla en otro rumbo, y darse vuelta también es obligación de todos los cantores, de todos los poetas y de todos los que siguen utopías para ver si uno viene detrás y para saber si los compañeros aún vienen detrás: porque a veces uno se extravía en cielos personales que poco tienen que ver con las utopías“
„La esperanza prospera aún bajo las condiciones más inadecuadas“
„Mucho de nuestro estrés se debe al deseo de control total. ¡La vida es una lucha, pero lo que muchas personas ignoran es que la nuestra, como la de Jacob, es en realidad una lucha con Dios! Queremos ser Dios, y de ninguna manera podremos ganar esa lucha. A. W. Tozer dijo: «Muchos aún están confusos, buscando; apenas hacen pequeños progresos porque todavía no se han rendido del todo. Todavía pretendemos dar órdenes y entrometernos en la obra de Dios en nosotros». No somos Dios, y nunca lo seremos. Somos seres humanos. Cuando pretendemos ser Dios acabamos pareciéndonos a Satanás, que pretendía eso mismo. Aceptamos nuestra humanidad con el intelecto, pero no con las emociones. Cuando nos enfrentamos a nuestras propias limitaciones, reaccionamos con irritación, enojo y resentimiento. Queremos ser más altos (o más bajos), más inteligentes, más fuertes, más talentosos, más hermosos y más ricos. Queremos tener de todo y hacer cualquier cosa, y nos disgustamos cuando eso no ocurre. Al darnos cuenta de que Dios dota a otros con las características que no tenemos, respondemos con envidia, celos y autocompasión.“
„No eres un accidente Yo soy tu Creador. Te cuidé aun antes de que nacieras. ISAÍAS 44:2 (par) Dios no juega a los dados. ALBERT EINSTEIN“
„La Biblia afirma: «Mientras el Espíritu del Señor obra dentro de nosotros, llegamos a ser cada vez más como él y reflejamos su gloria más aún«.12 Este proceso de transformarnos para ser más como Jesús se llama santificación, y es el tercer propósito de tu vida sobre la tierra.“
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