Juegos
Todos los emojis
Citas
Blog
Página de inicio
»
cacique
Relacionado con: cacique
„Napoleón nos hizo polvo. En España había un movimiento al que se llamaba «afrancesado» y que reunía a gente como Moratín y Goya, culta, con ideas renovadoras, y la invasión provocó su aplastamiento. Hay que decirlo: buena parte de la culpa la tuvimos los españoles, porque no se trata sólo de que llegara un rey malo que arrasó las libertades alcanzadas en la Constitución de 1812; sino de que los españoles también las tiramos por la ventana. Éste era un país tan miserable, tan cobarde, tan inculto, que cuando recibió una constitución avanzadísima, concebida en el papel por gente de bien y que le daba libertad, en vez de levantarse en su apoyo, se une al carro del despotismo y secunda a Fernando VII en la persecución del espíritu liberal. […] Hay una excusa y es que la gente era analfabeta. Nadie le había enseñado a pensar, estaba en manos de curas fanáticos, de reyes incapaces y de ministros corruptos. Igual se apuñalaba franceses que liberales y luego ibas a misa y te absolvían. Pero ya no es así, la educación es universal y gratuita, existe internet, hay libros de bolsillo, el que quiera puede acceder a la cultura. Hoy es inculto el que quiere. El campesino que pegaba fuego a la iglesia de su pueblo y mataba al cacique en el año 36 quizá tenía una explicación histórica. Ya no; el que hace caso omiso al progreso y la solidaridad es por cobardía, por apoltronamiento y por bajeza moral. Cuando gritamos «¡Vivan las cadenas!» es porque queremos tenerlas. En España nos sigue dando miedo la libertad responsable, aunque la otra nos encanta… Poder mearnos en la esquina nos pone.“
„España es uno de los países más afortunados del mundo, y al mismo tiempo el más estúpido. Aquí vivimos como en ningún otro lugar de Europa, y la prueba es que los guiris saben dónde calentarse los huesos. Lo tenemos todo, pero nos gusta reventarlo. Hablo de ustedes y de mí. Nuestra envilecida y analfabeta clase política, nuestros caciques territoriales, nuestros obispos siniestros, nuestra infame educación, nuestras ministras idiotas del miembro y de la miembra, son reflejo de la sociedad que los elige, los aplaude, los disfruta y los soporta.“
„la admiración por el Padre, símbolo de lo cerrado y agresivo, capaz de chingar y abrir, se transparenta en una expresión que empleamos cuando queremos imponer a otro nuestra superioridad: «Yo soy tu padre» […] No es el fundador de un pueblo; no es el patriarca que ejerce la patria protestad; no es rey, juez, jefe de clan. Es el poder, aislado en su misma potencia, sin relación ni compromiso con el mundo exterior. Es la incomunicación pura, la soledad que se devora a sí misma y devora lo que toca. No pertenece a nuestro mundo; no es de nuestra ciudad; no vive en nuestro barrio. Viene de lejos, está lejos siempre. Es el extraño. Es imposible no advertir la semejanza que guarda la figura del «macho» con la del conquistador español. Ése es el modelo –más mítico que real– que rige las representaciones que el pueblo mexicano se ha hecho de los poderosos: caciques, señores feudales, hacendados, políticos, generales, capitanes de industria. Todos ellos son «machos, «chingones».“
„Este partido está pudriéndose por la inmensa gusanera de caciques y caciquillos. Tienen más que los monárquicos. En cada capital hay cincuenta que quieren imponer los caprichos de su vanidad y de su ambición a todos sus correligionarios… Y si nada más hubiera esos cincuenta, menos mal. Luego vienen los caciques de distrito y los de barrio… ¡Oh!! Esos vejestorios endiosados de Comité local y de barriada! ¡Papas rojos, que se creen infalibles e indiscutibles!Para hacer la revolución, lo primero, lo indispensable, sería degollarlos a todos. Si éstos trajeran la República, estaríamos peor que ahora. Sería cosa de emigrar. Suerte que no hay miedo a que la traigan. ¡Hay cada revolucionario que tiene un miedo feroz a la revolución!… Hubiera usted visto a algunos de ellos cuando la semana roja de Barcelona, cuando aquí se dijo que iba a estallar la huelga general, irse huyendo de Madrid como ratas… No sé qué diablos ocurría entonces, que a todos les salían negocios en provincias, o tenían por esas tierras de dios parientes enfermos de gravedad, que los llamaban… ¡Y para ver este espectáculo me vine yo de Santander e interrumpí mi veraneo!… Luego, son muchos los republicanos que no quieren que venga la República, porque no les conviene; van muy bien en el machito, haciendo la farsa de la oposición, sirviendo de comparsas en esta política repugnante, representando su papel de diputados o de concejales, u otros papeles peores.En este partido son muy pocos los directores que trabajan desinteresadamente por el ideal; la desorganización es indescriptible, no se puede imaginar; no hay espíritu de disciplina, ni siquiera instinto de conservación… Si no fuera porque veo esos caciquitos ir a su avío, sin saber disimularlo, creería que estaban locos. No se puede hacerlo peor para facilitar la victoria al adversario e imposibilitar la propia… Estoy harto de luchar sin esperanza de salvación entre tanta miseria. Así están disgregando la masa republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila… ¡Oh! Usted no puede darse idea de lo que aquí se persiguen unos odios a otros y unas vanidades a otras… ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos los medios, hasta la difamación y la calumnia!Ha habido día que pensé meterme en casa y no ocuparme de política. Pero lo he pensado mejor. Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España política. […] ¡Es por el socialismo por donde llega la aurora!“